x
language COL arrow_drop_down

Hay que bajar emisiones, pero sin afectar la competitividad: Andi

La Asociación Nacional de Empresarios (Andi) lanza alertas y propuestas de cara a los compromisos de Colombia en cambio climático.

  • Carlos Manuel Herrera Santos es vicepresidente de Sostenibilidad de la Andi. FOTO cortesía

    Carlos Manuel Herrera Santos es vicepresidente de Sostenibilidad de la Andi.

    FOTO cortesía

La Asociación de Empresarios de Colombia (Andi) acompaña el propósito del Gobierno de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para detener el calentamiento global y como antesala a la reunión de diciembre próximo, en París, de la Conferencia de las Partes (COP21), en el marco de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Cmnucc).

Pero el gremio cúpula del sector privado también lanza una alerta: que las medidas que vaya a implementar Colombia no estén en contra de la competitividad de las empresas. Asimismo espera que se conozca antes de diciembre el grueso de la postura que llevará el país al encuentro global, como parte de los compromisos de un eventual acuerdo de cambio climático que se implementaría a partir de 2020.

“De lograrse un acuerdo global, tendríamos cinco años para prepararnos y es una oportunidad para que el país pueda, acorde su desarrollo económico y productivo, hacer más en adaptarse al cambio climático. Las empresas se sienten parte de la solución y están comprometidas a reducir su huella de carbono”, afirmó el vicepresidente de Sostenibilidad de la Andi, Carlos Manuel Herrera Santos, en diálogo con EL COLOMBIANO.

Básicamente, el Ministerio de Medio Ambiente ha dicho que la meta nacional es reducir la emisión de GEI en 20 por ciento y que los sectores económicos que aporten a ello son nueve: agropecuario, forestal y otros usos del suelo, energía eléctrica, transporte, industria, vivienda, residuos, hidrocarburos y minería.

¿Ve viable que se pueda alcanzar la meta planteada por el Gobierno?

La cifra del 20 por ciento es un compromiso político en que hay una meta global, pero no se ha dicho claramente cómo se repartirá esa meta por sectores (ver nota anexa). Hay que tener en cuenta que entre el 50 y 60 por ciento de las emisiones se explican por la actividad en el campo, por deforestación, actividades ganaderas y la agricultura. Entre tanto, la industria aporta menos del 10 por ciento. Por eso un primer paso es frenar la deforestación, revisar la expansión de la frontera agropecuaria y buscar reconvertir la producción rural, obviamente con un sentido de equidad social”.

¿Cuál es la posición de la Andi frente a la COP21?

“Vemos la COP21 con un grado de urgencia, de asumir compromisos globales, pero también con un grado de excepción, pues los países mas contaminantes no han asumido su responsabilidad y los esfuerzos son tímidos. Colombia es un país limpio en emisiones, así que debe tener cuidado en los compromisos que asuma”.

¿En qué sentido hay que tener cuidado?

“En que Colombia no termine asumiendo unos compromisos globales que terminen frenando el desarrollo y el crecimiento económico del país. Lo que se debe buscar es crecer generando menos emisiones y buscando un equilibrio en el uso de los recursos naturales. Por eso las medidas que se tomen no deben afectar la competitividad de las empresas, pues esos compromisos cambian de fondo la manera en que el país se desarrollará en el futuro, por ejemplo, en la manera de producir, de generar energía, de transportarse, de cultivar, de manejar sus residuos”.

¿Y acaso esos aspectos no resultan positivos?

“Lo que quiero decir es que el compromiso nacional con el cambio climático debe ser acorde a la situación económica, a la capacidad del mismo país, teniendo presente que Colombia es víctima de la circunstancia, pero no es uno de los grandes causantes del problema de cambio climático”.

¿La Andi ya advirtió de estos riesgos al Gobierno?

“Tenemos espacios de trabajo sectoriales con el Gobierno en distintos frentes. Por eso hemos propuesto trabajar en el perfeccionamiento de portafolios de proyectos que sean los más convenientes para el país”.

¿Por ejemplo?

“La reconversión tecnológica en procesos productivos que además, de reducir emisiones, ayudará a las empresas a ser mucho más eficientes. Otros proyectos de ahorro de energía son ganadores, y le hemos dicho al Gobierno que la COP21 es una oportunidad para mejorar las normas que hoy no permiten acelerar el proceso de uso eficiente en las empresas. También en el manejo de residuos se requiere fortalecer el reciclaje en las grandes ciudades, en temas de transporte con introducción de mejores motores. Al final no solo es tener un manejo adecuado frente al cambio climático, sino generar empleos verdes”.

¿En qué sectores ve oportunidades?

“En los nuevos negocios que puedan surgir en la construcción con nuevos materiales ecoeficientes y diseños que eviten el uso de aires acondicionados, en dispositivos de ahorro de energía y agua. También ya está muy avanzada la formulación de un proyecto para el cambio de neveras por unas más eficientes, de manera que las empresas pueden vender más, las familias ahorren energía y las partes de las neveras viejas pueden reaprovecharse”.

¿Qué hace falta para que estas iniciativas no se queden en buenas intenciones?

“Estamos buscando elevar el nivel de atención en los ministerios para que, efectivamente, haya cambios y eso baje hasta los entes territoriales. De nada sirve tener por escrito que haya un transporte que reduzca emisiones, si en la práctica las alcaldías no lo ayudan a aplicar, pues las ciudades y los consumidores finales juegan un papel importante. Ahora la prioridad es que se introduzca el cambio climático como parte central de las políticas sectoriales del Gobierno. Se debe superar la idea de que es un tema solo del Ministerio de Medio Ambiente”.

¿Y cuál es el compromiso del gremio ante la preservación del patrimonio ambiental?

“La Andi ya puso en marcha un proyecto de biodiversidad, en un esfuerzo con el Gobierno, autoridades ambientales y centros de investigación para la recuperación de cuencas y ecosistemas como los páramos y bosques, al igual que proteger flora y fauna, pues cuando vengan los efectos más severos, si no se ha hecho nada, los impactos serán muy graves”.

¿Cuál es un buen referente para Colombia en materia de mitigar emisiones?

“Está el ejemplo de Costa Rica, donde se ha intervenido el uso de los suelos y la forma de producir. De ahí que ya estén recuperando terrenos que antes estaban dedicados a la ganadería extensiva, con lo que capturan emisiones. La recuperación de ecosistemas es muy positiva, pues se potencian los servicios ambientales y se genera más empleos en el campo”.

Así como otros países, ¿Colombia debe tener un mercado propio de bonos de carbono, como han sugerido algunos expertos?

“No lo creo, la razón es que un mercado que comprenda tasas, impuestos verdes y demás, debe partir de un compromiso global donde lo tengan todos los países, pues lo que haga Colombia tiene un impacto global muy bajo, pues apenas aporta un 0,46 por ciento de la emisiones de gases de efecto invernadero de la tierra. Además no hay muchos jugadores y tener un mercado de ese tipo para un país más limpio en emisiones, que ya lo es, podría volverse un castigo para las empresas y los consumidores

¿A qué se refiere?

“Podría implicar aumento de la cuenta de servicios públicos, tarifas de transporte o aseo, como parte de los recursos adicionales destinados a inversión ambiental en distintos sectores. Y todas esas cosas no las están haciendo los países desarrollados, como grandes causantes del cambio climático, basta ver la postura de Canadá o Australia, este último, el que más contamina per cápita. Entonces, Colombia no puede pensar ingenuamente en medidas que afectan a los ciudadanos, la industria, el empleo, y que tiene poco efecto global”.

Juan Fernando Rojas Trujillo

Reportero por vocación. Convencido de que el periodismo es para mejorar la vida de la gente. Ahora escribo de temas económicos en El Colombiano.

Te puede interesar

Las más leídas

Regístrate al newsletter