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Los búhos no son “aves de mal agüero” y hay varias especies que puede ver en el Aburrá

Son animales con características morfológicas, fisiológicas y comportamentales fascinantes que usted puede ver muy cerca de su casa en el área metropolitana.

  • Búhos que se pueden ver en el Valle de Aburrá. FOTOS EL COLOMBIANO y Juan Antonio Sánchez.
    Búhos que se pueden ver en el Valle de Aburrá. FOTOS EL COLOMBIANO y Juan Antonio Sánchez.
  • Imagen de un búho que se puede ver en la ciudad. FOTO EL COLOMBIANO
    Imagen de un búho que se puede ver en la ciudad. FOTO EL COLOMBIANO
Los búhos no son “aves de mal agüero” y hay varias especies que puede ver en el Aburrá
08 de abril de 2023
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A los búhos los puede ver desde su ventana si vive en una zona con árboles: en el Valle de Aburrá hay siete de las 28 especies que viven en Colombia, el tercer país con más ejemplares de la región después de Perú y México que tienen, cada uno, 32.

Son aves fascinantes que no han tenido una estancia fácil en la Tierra, pese a las ventajas que tiene su cuerpo, como que giran su cabeza 360 grados, pues desde la antigüedad clásica hasta la época reciente han sido la encarnación del bien y del mal.

Para los mayas representaban el ave mensajera del inframundo y a su vez la fertilidad. Dentro de la literatura, el obispo San Isidoro de Sevilla los describió en su libro Etimologías (625) como “aves lúgubres a las que se ven de día y de noche merodeando por los cementerios”.

El novelista F. Scott Fitzgerald (1925) le concedió a uno de sus personajes de El gran Gatsby, al hombre Ojos de Búho, el amor por los libros y el misterio, un tinte de sabiduría con el que igual los expone Disney en Bambi y en las Miniaventuras de Winnie Pooh.

Todas son connotaciones, características y rasgos impuestos. La relación con los malos augurios no es cierta.

“Sí lo es que las autoridades ambientales y, en general las entidades encargadas de velar por la fauna, deben sensibilizar y educar sobre el tema, sobre la función ecológica que tienen. En esta región no hay tantos problemas con esas supersticiones, pero otras zonas del país sí los tienen”, cuenta Juan Ochoa, médico veterinario y autor de la Guía fotográfica de las aves del Valle de Aburrá.

Juan se refiere a que, por ejemplo, en la costa Caribe suelen relacionarlos con brujas, entonces la comunidad en muchas oportunidades los apedrea, desconociendo la función ecosistémica que representan al encontrarse en la cima de la cadena trófica y lo que ello supone: son importantes depredadores para controlar plagas.

Además, no “hay planes de manejo y conservación diseñados específicamente para ellas, aunque muchas estén presentes en áreas con algún grado de protección, ya sean gubernamentales (Parques Nacionales Naturales, Parques Regionales) o reservas privadas”, se lee en el libro Los búhos neotropicales, diversidad y conservación (2015).

No obstante, hay algunas campañas y artículos esporádicos que las autoridades ambientales publican en Antioquia para protegerlos y procurar su conservación como Paremos ya los cuentos: los búhos no son aves de mal agüero, de Corantioquia, o Las especies no carismáticas, del Área Metropolitana.

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Infográfico

Sobre las siete familias de búhos que habitan en esta región, Sergio Chaparro Herrera, investigador del Grupo de especialistas en búhos neotropicales y autor del libro Búhos de Colombia (Colombia ilustrada, 2022), explica que están distribuidas a lo largo del Valle de Aburrá, sobre todo en espacios de mayor conservación como laderas o relictos de bosque altoandino, por lo que justo en Medellín se puede observar el Currucutú Común (Megascops choliba), el Búho rayado (Asio clamator) y el Búho orejudo (Asio stygius).

Ellos se han adaptado a las condiciones urbanas y ambientales habitando las zonas con mayor cobertura vegetal: las zonas arboladas, los parques o los jardines.

“Algunos prefieren lugares un poco más cerrados para cazar, y otros, por el contrario, abiertos en los que puedan sorprender a sus presas. De manera general, se han acoplado a las condiciones de las ciudades y les brindan importantes servicios ecosistémicos al ser controladores de plagas como insectos o roedores”-

Infográfico

Y, ¿qué más comen?

Su dieta suele ser muy variada y depende de su tamaño. Las especies más grandes se alimentan de pequeños mamíferos como palomas, ardillas y ratas, y los más pequeños de lagartos, ranas e insectos.

Los que viven en Medellín, según Juan, no han desarrollado nuevos hábitos de supervivencia, más bien son especies generalistas que tienen una capacidad de adaptarse a distintos hábitats.

Lo que sí es importante resaltar es que no son carroñeros, no consumen cadáveres de animales sin haber participado en su caza como sí lo hacen los gallinazos.

Unos hábitos especiales

Por lo general, son aves nocturnas y solitarias que suelen dormir durante el día en árboles frondosos o en cavidades que les permitan tener buena sombra, en muchas oportunidades con sus parejas, y en otras, cerca de sus polluelos en caso de tenerlos.

Una vez su reloj biológico les indica que ya el sol se ha ocultado, muchos de ellos “empiezan a moverse activamente para buscar alimento en esas primeras horas”.

Es común desde las 7:00 hasta las 10:00 de la noche se escuchen cantar. Luego, un poco antes de las 5:00 de la mañana, buscan refugio en los mismos árboles o sectores para descansar, ya que son muy territoriales. Por eso no se escuchan ni se ven en el día, están durmiendo.

Es una vida simple para estos animales poderosos a los que se les atribuye la mejor audición registrada entre los animales, que inspiran la visión nocturna de la tecnología militar y a los que cualquier otro animal alado rapaz le envidiaría su vuelo ágil y silencioso.

Imagen de un búho que se puede ver en la ciudad. FOTO EL COLOMBIANO
Imagen de un búho que se puede ver en la ciudad. FOTO EL COLOMBIANO

Radiografía

¿Los búhos y lechuzas son lo mismo?
No. Los búhos son una orden de aves compuesta por la familia Tytonidae mientras que las lechuzas son de la familia de Estrigiformes y aunque son muy parecidas, se diferencian en aspectos puntuales. Por ejemplo, el búho es más grande y robusto que la lechuza, además, los primeros tienen los ojos muy próximos entre sí y no llevan plumas en las garras, como si les ocurre a las segundas, a quienes, además, se le ven los ojos almedrados, la forma de su disco facial es acorazonada y el color de sus plumas es más claro. En cuanto a sus hábitos no varían mucho, aunque cabe recordar que en Colombia solo vive una especie de lechuza, la Tyto alba.

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