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A más de 3.300 metros de altura, cuando el aire es pesado y respirar se dificulta más de lo habitual, la vida toma forma de frailejones, pasto, humedales, pantanos y lagunas.
Esos paisajes, marcados por la bajas temperaturas, no solo son conocidos por ser verdaderas fábricas de agua, también por albergar cerca de 4.700 especies de plantas diferentes y ser el hábitat de anfibios, libélulas, venados, pumas y osos andinos, entre otras especies.
Según cálculos de Corantioquia, Colombia es el país con la mayor superficie de páramos en el mundo (37 en total, de los que 6 están en Antioquia). Esto significa que el 60 % de los páramos del mundo están en el país.
Pese a todo ese potencial y la reserva hídrica que significa, cada vez son más los daños en estos ecosistemas, por la ganadería, la agricultura, la minería y, en los últimos años, por el turismo. Salta una pregunta: ¿está bien visitarlos?
Al respecto, Ana Ligia Mora, directora general de Corantioquia, recalca la necesidad de establecer una estrategia de turismo de conservación.
“Antioquia tiene que alcanzar un turismo de conservación debidamente planeado, con estudios de carga, que nos permita saber cuántas personas se pueden recibir y qué se necesita para atenderlas en estas zonas”, señala ella, y recalca que es necesario que las personas visiten estas áreas protegidas para que conozcan estos “tesoros” y entiendan le necesidad de cuidarlos y conservarlos.
El Páramo de Belmira, con 10.622 hectáreas, en el norte de Antioquia, por su facilidad de acceso, es el que más visitado, de allí el interés de Corantioquia de adelantar intervenciones, que no solo garanticen la actividad turística, sino la protección de la zona.
De la mano de la Alcaldía de Belmira y la Gobernación de Antioquia han adelantado un proceso de compra de predios, en la zona de páramo, así como el acondicionamiento de infraestructura (puentes y miradores), que permitan la visita de los caminantes, sin riesgo de deterioro del ecosistema.
Carlos Pérez, de la ONG Guías de Belmira, destaca el trabajo que se adelanta en la zona, a través de recorridos que permiten que los visitantes no solo se “enamoren del páramo”, sino que comprendan su importancia. Destaca que antes de cada salida se hace una inducción, “se explica por la zonas que se puede transitar y se les dice que las plantas no se pueden tocar”.
En la parta alta, en la zona de la laguna, hay un espacio adecuado, a través de unos tablones que permiten el camping durante varios días.
Los páramos en Colombia, según el Instituto Humboldt, son el hábitat de alrededor de 3.379 especies de plantas, 90 de anfibios y 70 de mamíferos.
Sobre las restricciones para visitarlos, Ana Ligia explica que en los zonas protegidas, bajo la jurisdicción de Corantioquia, solo hay limitaciones para acceder al de Las Alegrías (Urrao, Anzá y Caicedo), porque no hay un estudio de capacidad de carga (número de caminantes), caminos y manejo de residuos sólidos. Resalta que hay estimular un turismo de contemplación, más allá que el de exploración. “No podemos aislar estas áreas del ciudadano, porque en esa medida no va a tener apropiación por ellas”. La palabra importante que debe acompañar turismo es responsable.
En el páramo de Las Baldías también existe restricción de visitas, porque la mayoría de los predios son propiedad privada
Jorge Eduardo Ceballos, profesor de la cátedra de Adminsitración y manejo de áreas protegidas en la U. de A., y vinculado a Parque Nacionales, dice que estos ecosistemas requieren una zonificación, para determinar cuales están bien conservados y en cuáles no se deben considerar visitas externas y controlar recorridos de monitero y estudios científicos. “Si se hace una zonificación se pueden planificar visitas, bajo el concepto de ecoturismo, sobre los espacios a los que se puede ir y definir unos senderos y aproximaciones en las zonas que no tienen riesgo, al igual que se hace en parques nacionales”, recomienda el profesional.
De acuerdo con OBA (Observatorio de bosques de Antioquia), se calcula que cada metro cuadrado de páramo es capaz de producir un litro de agua por día, tanto así que generan, de manera directa o indirecta, casi toda el agua que se consume en el país.
Así que si está tentado a descubrir esta maravillas de la naturaleza, hágalo de manera responsable y siempre, recomiendan desde Corantioquia, de la mano de las autoridades ambientales y con las administraciones municipales, que tienen jurisdicción sobre estas áreas protegidas.