Róbinson Sáenz - Volvió a ocurrir: los vándalos se camuflaron en las marchas estudiantiles y empañaron no sólo su protesta sino también la ciudad.
Róbinson Sáenz - Razones muy de fondo debieron tener los estudiantes del país para marchar el miércoles en todas las ciudades en contra de una ley (la 30) que, argumentan, va encaminada a privatizar la educación. Y hay que decirlo, la protesta fue organizada y se notó la sinceridad de los estudiantes en sus demandas, pero no faltaron los que dejaron su huella de vandalismo.
Róbinson Sáenz - En Cali murió un marchante como consecuencia de una papa bomba que explotó mientras iban andando. En Barranquilla, varias mujeres caminaron desnudas, algo que no se entiende, pues para ser oído no hay que despojarse de las ropas y andar así por las vías públicas.
Róbinson Sáenz - En Medellín, aunque no hubo desmanes ni desórdenes, hubo encapuchados que aprovecharon para dejar su mancha de odio en cuanta pared encontraron a su paso.
Róbinson Sáenz - Lo que muchos no saben es que esas rayas en las paredes de locales y edificios tienen su costo para los dueños, que deben invertir tiempo y recursos para borrar esos mensajes a veces insulzos y que, sabemos, no van a cambiar la sociedad. No es negativa la protesta social, son los vándalos los que la empañan.