Los Objetivos de Desarrollo Sostenible que se acordaron en el marco de las Naciones Unidas durante el año 2015 tenían, entre otros, la idea de impulsar que algunas de las industrias más contaminantes dieran un giro para empezar a ofrecer un mercado más limpio, más acorde a las necesidades del cuidado del ambiente.
Desde ese momento, los protagonistas asociados a la industria automotriz empezaron a generar más oferta para una demanda que ha venido creciendo. El caso de Colombia no ha sido ajeno al fenómeno internacional.
Según datos entregados por la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), durante el primer semestre de este año el registro de nuevas matrículas sólo para vehículos eléctricos creció 154 % si se compara con el mismo periodo del año pasado (ver Radiografía).
De acuerdo con cifras entregadas por la agremiación, mientras en los primeros seis meses de 2018 en el país se vendieron 126 vehículos totalmente eléctricos, en igual periodo de 2019 el número cerró en 320. Ahora, si se revisan los datos consolidados de todos los vehículos que utilizan combustión alternativa (gas o híbridos) la variación total fue del 291,5 %. Esto quiere decir que mientras en el periodo enero-junio de 2018 la cifra se situó en 248, este 2019 el número ya va por 971.
“Cada vez es más notorio cómo los consumidores se interesan por adquirir vehículos de motorización alternativa, hay más conciencia. La tarea más urgente: mirar cómo hacer que los precios de estos carros sean más competitivos”, aseguró Raúl Ávila, profesor de economía en la Universidad Nacional.