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La marca de lencería que entró al clóset masculino

BabyBoy es un emprendimiento con tres años en el mercado y en la actualidad ya exporta a otros países. En los últimos 12 meses creció un 54por ciento en ventas.

  • La lencería son prendas que por lo general fueron pensadas para el cuerpo femenino, pero ahora con BabyBoy Lingerie también entraron al clóset de los cuerpos masculinos. FOTO CORTESÍA
    La lencería son prendas que por lo general fueron pensadas para el cuerpo femenino, pero ahora con BabyBoy Lingerie también entraron al clóset de los cuerpos masculinos. FOTO CORTESÍA
  • La marca de lencería que entró al clóset masculino
  • La marca de lencería que entró al clóset masculino
14 de agosto de 2023
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El diseñador paisa Camilo Serna creó en 2020, en plena pandemia, BabyBoy Lingerie, una marca que rompe los esquemas en la industria de la moda: es de lencería para hombres. Una propuesta que resignifica lo femenino en lo masculino. Inició con un capital de $800.000, en su catálogo tiene bodys, panties, ligueros, crop tops, medias y arneses. En la actualidad exporta a Estados Unidos, Brasil, España y Australia.

Y es que lo que ofrece está muy alejado de la oferta de la ropa interior tradicional. Es decir, no se ubica en la categoría de vestuario enfocada en la funcionalidad (transpiración, movimiento y comodidad), sino que son prendas completamente asociadas a los sentidos y la seducción. Es un concepto de lencería pensado para el universo masculino.

En palabras de Camilo, quien además es el CEO y director creativo de BabyBoy Lingerie, con estas prendas está resignificando la energía femenina en el hombre contemporáneo, porque “lo que vendemos son conexiones, amor, pasión y fantasía a través de la readaptación y rediseño de las siluetas clásicas de la lencería femenina”.

La marca de lencería que entró al clóset masculino

Un emprendimiento que nació desde el encierro y desde el descubrimiento de un Camilo consumidor de lencería: tuvo una pareja que le regalaba prendas de marcas de mujeres como Victoria’s Secret y Etam, por ejemplo. Todo esto surgió de esas preguntas y soluciones que él mismo se quería dar en conexión con la sensualidad.

Entonces se tiró al charco. Y más porque ya tenía experiencia: venía de trabajar como diseñador con una marca de lencería para mujeres con una amplia trayectoria. A eso se sumaba que había una necesidad y un gusto latentes. Lo primero que hizo fue invertir sus ahorros en la compra de los materiales: encajes, rollo de malla, herrajes. Al final le sobraron $200.000 que prefirió destinar en el proceso de confección. Camilo fue el modelo de su primera colección que tuvo cinco diseños, uno por silueta.

La evolución de la marca

La marca de lencería que entró al clóset masculino

La lencería son prendas que por lo general fueron pensadas para el cuerpo femenino, pero ahora con BabyBoy Lingerie también entraron al clóset de los cuerpos masculinos. Lograr esto ha sido un reto muy grande para Serna, porque se ha tenido que enfrentar no solo a las dificultades que trae emprender (consolidar el producto y captar clientes), sino que también tuvo que asumir uno mayor: el cultural. Mostrar que la figura del hombre tiene otra opción dentro de la moda. Ha sido ir un poco contra la corriente: los estereotipos.

Al principio el diseñador se encontró con cortadores que le rechazaban cortar sus prendas por algún prejuicio. O talleres de lencería femenina que se negaron a coserle porque “no lo veían bien”. O los modelos que no quisieron participar en las campañas. Sin embargo, con el tiempo estos obstáculos se han ido derribando.

Este emprendimiento está enfocado en un consumidor que tiene unas características masculinas que se pueden ver en la población Lgbt, un hombre conectado más con su feminidad, pero con el tiempo la marca se ha encontrado con otros tipos de públicos.

“Tenemos algunas clientas heterosexuales que le compran a sus esposos para que vivan sus fantasías y tengan otros momentos de intimidad distintos, esto es algo con lo que nunca contábamos, está sucediendo, aunque no es nuestro público objetivo, ahí están”, dijo Serna.

BabyBoy Lingerie empezó como “una caja menor” para Camilo, para darse sus gustos: en un principio no lo vio como un negocio, como lo que es en la actualidad. En 2021 fue cuando el panorama cambió luego de participar en la feria Colombiamoda: fue uno de los diez egresados de la UPB (la universidad donde estudió) invitados para mostrar sus proyectos personales. Ese día mostró diez outfits.

“Se terminó la pasarela inmediatamente en las redes sociales y medios de comunicación comenzaron a comentar que había una propuesta de lencería para hombre”, dijo. Era otro momento de su marca: fue el punto donde él se dio cuenta que tenía una oportunidad de negocio, un proyecto, un propósito, una conversación alrededor de su idea. “Es una solución, un bálsamo a la herida que tenemos alrededor de nuestro masculino para sanar esa energía femenina en el hombre”, agregó.

Finalmente, Serna comentó que los hombres desde el perfil de consumidor siempre han estado completamente desatendidos y solamente se le cubre la necesidad desde lo clásico. Por eso él llegó con esta propuesta para demostrar que “hay muchas formas de ver la masculinidad”. Que la sensualidad en el vestuario no es solo un asunto de las mujeres.

Juan Alcaraz

Periodista. Hago preguntas para entender la realidad. Curioso, muy curioso. Creo en el poder de las historias para intentar comprender la vida.

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