language COL arrow_drop_down

Casas inteligentes: una tendencia en aumento

Empresarios aseguran que las inversiones en domótica crecieron durante la pandemia. Le contamos de qué se trata y cómo puede mejorar la calidad de vida.

  • Además de hogares completos, la domótica también se emplea para automatizar hoteles, hospitales y edificios. El Hotel Dann Carlton, en Medellín, ya implementó varios sistemas inteligentes. FOTO MANUEL SALDARRIAGA

    Además de hogares completos, la domótica también se emplea para automatizar hoteles, hospitales y edificios. El Hotel Dann Carlton, en Medellín, ya implementó varios sistemas inteligentes. FOTO MANUEL SALDARRIAGA

  • Casas inteligentes: una tendencia en aumento

Llegar a casa y tener acceso a todo aquello que esté conectado a la electricidad desde su celular: encender y apagar luces, bajar las persianas, controlar la temperatura, crear su propio cine en casa y hasta hablarle a un sistema que hará algunas tareas que antes consumían su tiempo y energía; eso es lo que promete la domótica en los hogares.

La Real Academia de la Lengua Española define ese término como el “conjunto de sistemas que automatizan las diferentes instalaciones de una vivienda”, pero el concepto puede llegar a ser mucho más amplio y desplazarse a escenarios como hoteles, oficinas y edificaciones completas. “Es que, en este tipo de tecnologías, el límite siempre será imaginación”, dice James Londoño, gerente general de la empresa Techno Smart.

Ahora bien, para el caso de Colombia, la implementación de sistemas de automatización ha tenido un arranque lento pero progresivo, “en parte porque antes era un lujo exclusivo para ricos y en parte porque los colombianos nos quedamos pensando que tener un hogar inteligente era solo para celebridades”, dice Eliana Ramírez, cofundadora y directora comercial de la empresa antioqueña Diseven Innovación Tecnológica.

Pero la pandemia aceleró ese camino de la domótica que se abría paso en el país poco a poco, tanto así que la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico registró un crecimiento de hasta el 50 % en la compra de electrodomésticos y tecnología para el hogar en julio de 2020. “Al pasar más tiempo en sus casas, la gente empezó a invertir en la comodidad y eso lo sentimos los empresarios”, dice Ramírez, quien asegura que pasó de recibir un promedio de tres clientes interesados al mes a unos 20 durante la pandemia.

En ese sentido, Mauricio Mejía, un proveedor de herramientas para la domótica a nivel nacional inmerso en el mercado desde hace 15 años, afirma que los sectores que más crecieron fueron seguridad y entretenimiento. “Vimos más inversiones en sonidos envolventes, pantallas y cámaras de seguridad con sus respectivos sistemas”, dice.

Además, Mejía asegura que las tres ciudades que más registran compras de herramientas de automatización son Bogotá, Bucaramanga y Medellín.

Los asistentes virtuales

Ramírez y Londoño, concuerdan en que dos grandes momentos tecnológicos ayudaron a que la industria creciera en el país: la llegada del internet de las cosas, que se refiere a la masiva interconexión de objetos cotidianos con internet, como el hecho de que un celular pueda conectarse con una lavadora; y los asistentes virtuales que llegaron poco después y revolucionaron la industria (Ver Paréntesis).

Con la llegada de dispositivos como Alexa, el asistente virtual de comando por voz creado por Amazon y lanzado al mercado en noviembre de 2014; y Google Home, desarrollado por Google y vendido desde 2016, “los clientes empezaron a querer añadirle dispositivos compatibles a esas herramientas y, con eso, fueron automatizando sus hogares”, explica Ramírez.

De hecho, James Londoño dice que una de las recomendaciones para alguien que no tenga mucho presupuesto pero que quiera empezar a incursionar en este mundo es adquirir uno de estos asistentes que puede integrarse a otros sistemas y crear escenarios inteligentes.

“Una de las alternativas es que adquieran un Alexa o un Google Home y vayan complementando con otras cosas a través del tiempo: luces, sonido, entretenimiento, etc”, ejemplifica el gerente de Techno Smart.

De hecho, según los precios actuales en la web, un asistente virtual de este tipo se puede adquirir desde los $ 150.000, dependiendo de las características.

Un mundo de tecnología

Además de los hogares, que es la aplicación más conocida de la domótica, la automatización de espacios puede ser aplicada a cualquier local, edificio u hotel, “en pocas palabras, todo lo que esté conectado a la electricidad puede ser modificado para que realice acciones por sí mismo”, explica Londoño.

Las industrias hoteleras y hospitalarias, por ejemplo, vieron en la domotización una herramienta para brindarle confort a sus clientes y para evitar al máximo contactos con superficies comunes como suiches, botones de ascensor o controles remotos de televisores y aires acondicionados.

“Automatizamos casi todas las acciones para que el usuario pueda realizar todo sin necesidad de tocar nada, pero la tarea ha sido compleja, pues en Colombia todavía no hemos adquirido esa cultura”, reconoce Daniel Zapata, director de mercadeo del Hotel Dann Carlton, uno de los pioneros en implementar este tipo de tecnología en Medellín.

Así mismo, la domótica ofrece amenizar espacios a la hora de trabajar y permitir que todos los implicados en una junta, por ejemplo, tengan acceso al control de luces, sonidos y dispositivos tecnológicos. “Esta parte también creció mucho durante la pandemia, pues estar conectados en un mismo espacio desde cada dispositivo permite mantener mejor los protocolos de bioseguridad”, explica Eliana Ramírez.

Otras bondades

Pese a que la mayoría acude a la automatización por temas de confort y entretenimiento, la domótica puede ofrecer beneficios a otros niveles. La Asociación Española de Domótica e Inmótica destaca el ahorro energético y la accesibilidad.

La primera porque se puede controlar a qué hora se enciende y se apaga cada dispositivo, incluir sensores que permitan saber cuándo hay un ser humano haciendo uso del aparato y monitorear los consumos para saber cómo se está gastando la energía; y la segunda porque permite adaptar sistemas para el manejo de personas con discapacidades.

“Uno de nuestros clientes pidió una vez que le llegara una notificación a su celular cuando una estufa llevara mucho tiempo encendida sin supervisión, así se asegura de que su papá, quien padece alzheimer, esté seguro al usar la cocina”, cuenta Ramírez a manera de anécdota.

La seguridad también es otro punto clave: las personas pueden revisar sus espacios en tiempo real, emitir sonidos y generar alarmas.

“Añadiría un uso poco conocido: el ahorro de electricidad. En los hoteles, por ejemplo, hemos logrado ahorros de hasta el 40%”, afirma Ramírez.

Así las cosas, la domótica promete ser una opción para cualquier lugar y estar al alcance de una buena parte de la población. “Las inversiones para pasar a un hogar inteligente pueden empezar desde los $ 200.000, aproximadamente, y aumentar hasta donde el cliente se lo imagine”, concluye Londoño

Te puede interesar