Hoy, justamente, se cumplen siete años desde que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el cierre de la frontera con Colombia y dio la estocada final a una relación bilateral que venía de capa caída teniendo como uno de los principales afectados al comercio entre países, que en sus mejores días movió hasta US$7.200 millones.
Pero este “aniversario” de ese penoso hecho llegó con una cara distinta y quizás con el mayor acercamiento entre países de los últimos años, luego de que representantes del gobierno colombiano y el empresariado venezolano anunciaran que en menos de dos meses habría reapertura total de fronteras, lo cual, en el caso de Colombia, llevaría las exportaciones a ese país hasta a US$4.500 millones.
El cálculo es de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana y se basa en que en caso de que todo salga bien y no se produzcan cierres o retrocesos durante los próximos años, al final del cuatrienio del presidente Gustavo Petro las ventas externas al vecino país podrían tocar ese valor, el más alto en más de una década.
Aunque la expectativa es grande y se están haciendo cuentas, el plan es paso a paso. El primero fue revisar el estado de tres puentes fronterizos: Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Tienditas.
Estos fueron visitados ayer por la comitiva binacional, y el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, aseguró que “están en (buenas) condiciones técnicas y físicas, listos para ser utilizados y que haya movilidad peatonal y de vehículos y carga”.
A su turno, el ministro de Comercio, Germán Umaña, dijo que entre los temas que se revisarán están las deudas a los empresarios colombianos que se quedaron en el aire luego de la ruptura de relaciones.
Según él, si bien en un momento hubo obligaciones de parte de Venezuela que ascendían a US$1.300 millones, buena parte ya se saldó y ahora están pendientes unos US$150 millones que también se pagarían.
“El camino hacia la integración que tanto soñamos pasa fundamentalmente por la frontera de Norte de Santander y Táchira. Lo que va a ocurrir cuando abramos los puentes es que empezaremos a sustituir la ilegalidad, el lavado de activos y el contrabando por la recuperación de la institucionalidad y la legalidad. La base de la integración tiene que partir de la seguridad jurídica, de la institucionalidad”, expresó Umaña.