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Colombianos les están huyendo a las deudas con tarjeta de crédito

En agosto se cancelaron 483.000 tarjetas de crédito, 94% más que en el mismo mes de 2021. Alza en tasas de interés e inflación, las razones.

  • El impacto más importante en 2023 se presentará en el rubro de consumo, por un incremento de las tasas de interés, el agotamiento de la capacidad financiera de los hogares y el encarecimiento del costo de fondeo de los establecimientos de crédito. Foto: Carlos Alberto Velásquez
    El impacto más importante en 2023 se presentará en el rubro de consumo, por un incremento de las tasas de interés, el agotamiento de la capacidad financiera de los hogares y el encarecimiento del costo de fondeo de los establecimientos de crédito. Foto: Carlos Alberto Velásquez
Colombianos les están huyendo a las deudas con tarjeta de crédito
26 de noviembre de 2022
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Pese a que a principios de este año el uso de tarjetas de crédito por parte de los colombianos crecía a un ritmo vertiginoso, con el pasar de los meses endeudarse comenzó a salir cada vez más caro.

De acuerdo con la Superintendencia Financiera, con corte a agosto de este año en el país había 16,04 millones de tarjetas de crédito vigentes, lo que significó un incremento de 7,9% frente al mismo mes del año pasado; sin embargo, así como aumentó el número de plásticos en circulación, también lo hicieron las cancelaciones.

En el octavo mes del año se cancelaron 483.141 tarjetas de crédito, un aumento del 94% frente al mismo mes de 2021. Las entidades que más observaron este fenómeno fueron Tuya, Bbva, Bancolombia, Banco de Bogotá y Scotiabank Colpatria. (Ver gráfico).

Las razones

En octubre la junta directiva del Banco de la República decidió subir las tasas de interés a 11%, buscando disminuir el consumo y, paulatinamente, los altos precios.

Esta votación fue unánime y, según el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, esto tendría efectos contraccionistas sobre la economía colombiana, pero en la medida que los precios bajen habrá espacio para que el Emisor sea más flexible.

Cabe anotar que esta tasa es el interés mínimo que el Banrep cobra a las entidades financieras por la liquidez que les suministra mediante las operaciones de mercado abierto (OMA).

A este ritmo alcista también se sumó la tasa de usura, que es el máximo interés que una entidad financiera podrá cobrar a sus clientes por un crédito de consumo y ordinario, como las tarjetas de crédito.

La usura quedó en 38,67% para noviembre, con una subida de 175 puntos básicos frente a octubre, cuando se ubicó en 36,92%, lo que significa que las compras con tarjeta de crédito están en el nivel más costoso desde 2007.

Para Raúl Ávila, profesor de economía de la Universidad Nacional, los aumentos en las tasas de interés y de usura son lo que está generando restricciones, ya que, pese a que el consumo sigue creciendo, a la gente le está saliendo más caro endeudarse.

“Esa cancelación tan fuerte de tarjetas de crédito se debe al aumento de tasas de interés, y a una inflación y dólar alto. Esto ha hecho que las personas sean mucho más juiciosas y precavidas con respecto a su nivel de endeudamiento”, apuntó Ávila.

Agregó que la incertidumbre por los nuevos lineamientos de política económica del Gobierno también ha hecho que cada vez las personas tengan más conocimiento y precaución sobre sus finanzas y disminuyan las posibilidades de tomar créditos innecesarios.

Apretón a los bancos

En la pasada Convención de la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria), realizada en Cartagena a mediados de agosto, la Superfinanciera advirtió a los banqueros del país que si querían seguir haciendo préstamos tan abundantemente, sobre todo a través de las tarjetas de crédito, tendrían que asumir un mayor costo por ello. Esto, teniendo en cuenta que el 2023 será retador en materia económica.

De esta manera, Jorge Castaño, superintendente Financiero, ya había mencionado que existen alertas de supervisión que deben ser atendidas por el sistema financiero.

Una de ellas está relacionada con los plazos en que se están originando los créditos, que estarían por el orden de ocho años o más en créditos de libre inversión. La segunda es sobre el aumento de los cupos de las tarjetas, los cuales, según Castaño, llegan hasta $96 billones, mientras que en prepandemia estaban en $62 billones.

La tercera alerta es sobre el deterioro de las originaciones de crédito nuevas. “El punto es el sobreendeudamiento que las familias puedan tener al acceder a esos cupos altos de tarjetas de créditos. Hemos observado que la carga financiera de los hogares ha empezado aumentar, la porción de dinero que estos utilizan para pagar sus deudas está empezando a crecer y a ello se le agrega el efecto de la inflación y, claramente, habrá una mayor presión en la capacidad de pago de los deudores. Nuestro mensaje es que sigamos siendo muy responsables en el uso de los créditos”, afirmó el funcionario.

Con miras a frenar ese sobreendeudamiento, la Superfinanciera avanza en un proyecto que establecería nuevas medidas para quitarle dinámica de los créditos de consumo y tratar de “enfriar” la economía.

Peso del crédito en hogares

Aunque las cancelaciones de las tarjetas de crédito han aumentado significativamente, un informe de la consultora Raddar indica que, en el gasto de los hogares, estos plásticos pasaron de tener un peso de 14,6% en agosto y de 14,4% en septiembre, a 15,4% en octubre.

¿La razón? La alta inflación ha llevado a que las familias aumenten el uso de crédito. De hecho, según Raddar, pese al freno que ha tenido la colocación de créditos de consumo e hipotecario, el gasto de los hogares creció 4,5% a octubre, llegando a $78,6 billones.

En este sentido, Alejandro Vera, presidente (e) de Asobancaria, explicó que aunque los bancos comerciales ya han venido subiendo las tasas de interés, principalmente en la modalidad de consumo, en el país hay alrededor de ocho millones de personas con 16 millones de tarjetas de crédito, es decir, hay más tarjetas que usuarios.

“Hay personas que tienen hasta tres tarjetas. El crédito de consumo se está deteriorando muy rápido y por eso es que la Superfinanciera le ha pedido a los bancos que tengan una mayor gestión de riesgo en ese tipo de carteras. Pero eso no significa que las entidades financieras no van a seguir prestando, sino que se va a prestar menos de lo que lo han venido haciendo. Es decir, vamos a pasar de tasas de crecimientos de la cartera de consumo de hasta un 15% real anual, algo bastante elevado, a tasas del 5%, algo más ajustado a la realidad económica actual”, señaló Vera.

Los morosos

Si bien el consumo por parte de los colombianos sigue disparado, aún no se ve que el número de deudores aumente; sin embargo, esta situación se puede revertir muy fácilmente.

Así lo demuestran las cifras de la Superfinanciera: a agosto de este año, la cartera vencida —créditos que no se pagaron a la fecha de su vencimiento— del sistema financiero alcanzó los $23,4 billones, lo que representó una disminución frente a los $24,7 billones del año pasado, debido a las reducciones reportadas en la modalidad comercial (26,3%), vivienda (17,7%) y microcrédito (14,4%).

“A hoy la cifra de morosidad está alrededor del 5%, lo que quiere decir que $5 de cada $100 están en mora. Es un cifra bastante controlada. Sin embargo, los créditos otorgados más recientemente se están deteriorando más rápido, lo que nos muestra que a futuro puede subir la morosidad. Por eso, hay que tener una gestión de riesgo mucho más apretada y un control de provisiones que permitan responder a eso”, enfatizó Vera.

¿Intereses seguirán altos?

Las proyecciones del equipo de investigaciones de Bancolombia apuntan a que el Emisor incrementará en 100 puntos básicos la tasa de interés en la reunión de diciembre de este año, y en 50 puntos básicos en enero de 2023, para alcanzar así un máximo de 12,5%, nivel que prevén que se mantendría, por lo menos, hasta junio de 2023.

“Luego de estos movimientos, anticipamos un periodo de estabilidad durante la mayor parte del primer semestre de 2023. Durante ese lapso, la postura de política monetaria se mantendría en un terreno altamente contractivo, destinado a moderar el exceso de demanda”, sostuvo Juan Pablo Espinosa, director de investigaciones económicas de Bancolombia.

En línea con lo anterior, los analistas consultados por el Banco de la República también proyectan que la tasa de interés se mantendría en un promedio de 12% hasta junio de 2023, mes en el que estas comenzarían a descender, llegando a diciembre de ese año a una tasa del 9%.

¿Sector financiero se debilita?

Este año el sector financiero consolidó su recuperación; una tendencia que venía desde 2021, cuando se reactivó la demanda de crédito, el consumo, las ventas de vivienda y la inversión tras la pandemia. Esto permitió a los bancos recuperar sus márgenes y rentabilidad a niveles prepandemia.

Así, la dinámica del sector bancario hasta el tercer trimestre de este año continuó muy positiva, pese a estar en medio de un entorno de incertidumbre en los mercados financieros. De hecho, los activos de los establecimientos de crédito crecieron 4,3% en términos reales anuales, debido a la subida de $8,9 billones en cartera de crédito y operaciones de leasing financiero.

Para Andrea Atuesta y Laura Capacho, analistas económicas de Bancolombia, el país pasa por un momento más propicio para el ahorro que para adelantar decisiones de consumo e inversión apalancadas en el sistema financiero, lo que debilitaría en adelante la demanda de crédito.

“Es previsible que, a partir del cuarto trimestre de 2022, la cartera empiece a dar señales de debilitamiento de sus saldos y colocaciones, en medio de una tendencia que será la antesala a un bajo dinamismo durante todo 2023”, afirmaron las analistas.

En ese contexto también prevén que el impacto más importante se presentará en el rubro de consumo, por un incremento de las tasas de interés, el agotamiento de la capacidad financiera de muchos hogares y el encarecimiento del costo de fondeo de los establecimientos de crédito.

Así las cosas, todo apunta a que el próximo año habría un bajo crecimiento de la cartera, teniendo en cuenta el retroceso en las colocaciones esperadas por una menor demanda de crédito en todos los segmentos.

Infográfico

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