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Los inventos de dos jóvenes paisas que asombran al mundo

Esta es la historia detrás de los desarrollos revolucionarios de Rafael Vides y Daniel Cuartas.

Los desarrollos de Rafael Vides y Daniel Cuartas se parecen en el valor humano que tienen, inspirados en la investigación y la tecnología. Son menores de 30 años

  • Daniel Cuartas (foto izq.) demuestra en su portátil como controla las cosas con la mirada. Rafael Vides (más a la der. de la foto) demuestra su creatividad con drones y el detector de minas antipersonal con el que el Ejército de Colombia ya ha hecho pruebas . FOTO Emanuel Zerbos y Cortesía
    Daniel Cuartas (foto izq.) demuestra en su portátil como controla las cosas con la mirada. Rafael Vides (más a la der. de la foto) demuestra su creatividad con drones y el detector de minas antipersonal con el que el Ejército de Colombia ya ha hecho pruebas . FOTO Emanuel Zerbos y Cortesía
  • Los inventos de dos jóvenes paisas que asombran al mundo
  • Los inventos de dos jóvenes paisas que asombran al mundo
17 de abril de 2016
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Oriundo del municipio de Caucasia (Ant.) pero radicado desde pequeño en Apartadó (Urabá antioqueño), Rafael Vides, ha tenido claro que eso de la robótica es más para generar impacto social que para ser excéntrico.

Lo ha tenido tan claro en su inspiración que de esta premisa surgió la fabricación de dispositivos que detectan y destruyen minas antipersonal. Invento que marcó su sello creativo.

A sus 26 años de edad, ya ha ganado varios concursos de emprendimiento en el departamento: Antójate de Antioquia (2011), Quién se le mide (2013), Somos Talento Tecnoparque (2013), Fondo Emprender (2014), con los cuales demostró su creatividad en varias ciudades de Colombia.

Inició con un robot terrestre que fue el prototipo de sus desarrollos y posteriormente, tuvo tres avances más. Uno de los concursos ganados le entregó 25 millones de pesos, gracias a que el robot que inventó no solo detectaba la mina sino que la detonaba, protegiéndose con un escudo blindado.

Posteriormente, “desarrollamos otro robot terrestre más avanzado porque podía escalar y además, enviaba una señal inalámbrica que permitía detonar la mina de manera controlada y remota”, aclaró Vides.

El siguiente paso fue detectar minas fabricadas con plástico, las cuales no son fáciles de ubicar convencionalmente por no tener metal, pero aún así lo logró. Para ello, se alió con la Universidad Industrial de Santander (UIS).

“Fabricamos un sensor capaz de olfatear el plástico de minas enterradas desde 5 centímetros de profundidad y hasta 10 centímetros. Nuestra próxima meta es llegar hasta los 30 centímetros, porque las que superan esta profundidad, no es común que exploten”, agregó el joven emprendedor.

Similar al caso de Vides está el de Daniel Cuartas, otro joven paisa de 29 años de edad, estudiante de ingeniería Mecatrónica de la Universidad EIA y a quien el interés por ayudar a las personas con discapacidad, lo movió a aplicar todo su ingenio para inventar un controlador de pupila.

Aunque suena sofisticado este desarrollo y algo exclusivo, se creó para que cualquier persona en cualquier parte del mundo lo pueda construir.

“Es un dispositivo para personas con movilidad reducida, principalmente para personas cuadrapléjicas que están en una cama. El objetivo es que con sus ojos controlen elementos básicos de su alrededor”, destacó Cuartas.

Según su teoría, los ojos son el último órgano que pierde movilidad, incluso hay personas que pierden primero la capacidad de respirar que la de mirar.

Es el primer controlador ocular de entorno que existe en el mundo, aunque hay otros similares como el del científico Sthepen Hawking, que lo controla con la mejilla.

También hay otros similares que se controlan con la lengua, los cuales pueden llegar a los 200.000 dólares con adecuación de espacio.

Sin embargo, la propuesta de Cuartas es que valga menos de 2.500 dólares cada dispositivo. Basta tener una pantalla de computador, o tableta o teléfono inteligente para configurar el sistema.

“En la pantalla aparece una serie de botones que se activan ocularmente. Si quiere controlar la cama, mira el icono en la pantalla y allí puede mover unas flechas que le indican si es arriba o es hacia abajo”.

Esto va acompañado de unas cajas que se ubican en los suiches de la habitación para manejar la luz, o en la cama para moverla.

Cuartas maduró la idea en 2013, cuando desarrolló la primera parte del software y el primer prototipo funcional.

“Me involucré con esta propuesta inspirado en un grafitero norteamericano que controló su dibujo con los ojos. Además, en ese momento yo estaba viviendo en Brasil, país con alto número de personas con discapacidad y con un entorno poco amigable para ellos”, resalta el estudiante de ingeniería.

A esto se sumó que su abuela padeció un accidente cerebrovascular y quedó con una semiparálisis en su cuerpo. No podía apagar la luz, ni cambiar el canal de televisión.

“Imagínese a todas las personas que permanecen incómodas sin poder decirle a alguien que les ayude en estas funciones. Le tuvo que pasar a mi abuela para decidirme a hacer algo por la gente”.

La mayor novedad de su invento es que más allá de la propuesta tecnológica, cualquier persona en el mundo lo puede desarrollar porque es un recurso abierto para que se construya, eso sí, no es regalado.

Cuartas es el único con potestad económica sobre el invento. Aunque puede autorizar o no a la persona o fundación que lo vaya a desarrollar, lo que identifica de inmediato con el software desarrollado por él y su equipo

”Además, se busca que cualquier persona lo construya con elementos muy baratos. La cámara no es especializada de 3.000 dólares sino que es una webcam de 15.000 pesos y el marco de las gafas vale 10.000 pesos”.

Se trata de una webcam modificada para que funcione como cámara nocturna. Con lentes puestos se hace una calibración de los ojos del paciente, lo que permite controlar la interface.

Inspiraciones de niños

Ambos creativos paisas tienen elementos de su infancia que los marcó para crear sus propuestas que ahora llaman la atención de la sociedad.

En el caso del urabaense, todo empezó como un hobby que siempre se inspiró en la electrónica, el oficio de su padre. Posteriormente, aprendió robótica de forma autodidacta.

Al principio era un juego y después se dedicó a leer libros acerca del tema, conoció algo de diseño y de dispositivos electrónicos. Así terminó el colegio y posteriormente ingresó al Sena de su región, donde se graduó como tecnólogo en mantenimiento electrónico, además de técnico en refrigeración y aire acondicionado.

“Esto lo estudié para generar ingresos de forma constante, pero siempre he mezclado la profesión con mi gran pasión: la robótica”, resalta Vides.

En el otro frente inspirador de estas dos historias está en el control mental. Algo que motivó a Cuartas a volverse faquirista e ilusionista desde hace 15 años.

Para él manejar la mente es algo fantástico. Saber controlar los dolores, dominar las pulsaciones del corazón, al punto de lograr pararlas, ha servido para darle otra visión del mundo, lo que le ha servido para crear, lo que mezcla con la ingeniería.

Pero ahí no paran las cosas. Además la gusta controlar sus músculos involuntarios, caminar sobre vidrios, “algo apasionante para mí. Se trata de recuperar los elementos clásicos del show, que no son magia realmente, sino más bien, la ciencia detrás del ilusionismo”.

Pasión por investigar

Ambas historias también tienen el valor del conocimiento y su investigación. Por ejemplo, Vides investiga desde hace 5 años junto con su socio y amigo Ferney López, los avances que surgen en robótica.

Esto los ha llevado a invertir cerca de 20 millones de pesos solo en investigación, gracias a los recursos obtenidos en concursos ganados.

Incluso, fue una de esas distinciones las que les permitió venir a Medellín a estudiar una especialización en ingeniería inversa y desarrollo de equipos rápidos en la Universidad Eafit, de la cual ya se graduaron.

Vides no se cansa de crear inventos. De hecho con su socio tienen en Apartadó una empresa que ofrece soluciones innovadoras para diferentes mercados: drones, cartografía, tecnología para el agro, medición de terrenos, fumigación aérea, todo fundamentado desde la robótica.

Por su parte el estudiante de ingeniería mecatrónica también se ha motivado por la investigación como motor de sus inventos.

Logró conformar un equipo de 100 personas de 17 países para trabajar en su proyecto. “Eso fue muy bacano porque se pudo construir colectivamente el desarrollo del controlador ocular”. Ahora son 45 personas que aportan conocimiento desde diversas partes del mundo y un propósito común.

En ambos casos, queda plasmado el propósito de construir conocimiento para generar desarrollo con impacto social en las comunidades.

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