Oriundo del municipio de Caucasia (Ant.) pero radicado desde pequeño en Apartadó (Urabá antioqueño), Rafael Vides, ha tenido claro que eso de la robótica es más para generar impacto social que para ser excéntrico.
Lo ha tenido tan claro en su inspiración que de esta premisa surgió la fabricación de dispositivos que detectan y destruyen minas antipersonal. Invento que marcó su sello creativo.
A sus 26 años de edad, ya ha ganado varios concursos de emprendimiento en el departamento: Antójate de Antioquia (2011), Quién se le mide (2013), Somos Talento Tecnoparque (2013), Fondo Emprender (2014), con los cuales demostró su creatividad en varias ciudades de Colombia.
Inició con un robot terrestre que fue el prototipo de sus desarrollos y posteriormente, tuvo tres avances más. Uno de los concursos ganados le entregó 25 millones de pesos, gracias a que el robot que inventó no solo detectaba la mina sino que la detonaba, protegiéndose con un escudo blindado.
Posteriormente, “desarrollamos otro robot terrestre más avanzado porque podía escalar y además, enviaba una señal inalámbrica que permitía detonar la mina de manera controlada y remota”, aclaró Vides.
El siguiente paso fue detectar minas fabricadas con plástico, las cuales no son fáciles de ubicar convencionalmente por no tener metal, pero aún así lo logró. Para ello, se alió con la Universidad Industrial de Santander (UIS).
“Fabricamos un sensor capaz de olfatear el plástico de minas enterradas desde 5 centímetros de profundidad y hasta 10 centímetros. Nuestra próxima meta es llegar hasta los 30 centímetros, porque las que superan esta profundidad, no es común que exploten”, agregó el joven emprendedor.
Similar al caso de Vides está el de Daniel Cuartas, otro joven paisa de 29 años de edad, estudiante de ingeniería Mecatrónica de la Universidad EIA y a quien el interés por ayudar a las personas con discapacidad, lo movió a aplicar todo su ingenio para inventar un controlador de pupila.
Aunque suena sofisticado este desarrollo y algo exclusivo, se creó para que cualquier persona en cualquier parte del mundo lo pueda construir.
“Es un dispositivo para personas con movilidad reducida, principalmente para personas cuadrapléjicas que están en una cama. El objetivo es que con sus ojos controlen elementos básicos de su alrededor”, destacó Cuartas.
Según su teoría, los ojos son el último órgano que pierde movilidad, incluso hay personas que pierden primero la capacidad de respirar que la de mirar.
Es el primer controlador ocular de entorno que existe en el mundo, aunque hay otros similares como el del científico Sthepen Hawking, que lo controla con la mejilla.
También hay otros similares que se controlan con la lengua, los cuales pueden llegar a los 200.000 dólares con adecuación de espacio.
Sin embargo, la propuesta de Cuartas es que valga menos de 2.500 dólares cada dispositivo. Basta tener una pantalla de computador, o tableta o teléfono inteligente para configurar el sistema.
“En la pantalla aparece una serie de botones que se activan ocularmente. Si quiere controlar la cama, mira el icono en la pantalla y allí puede mover unas flechas que le indican si es arriba o es hacia abajo”.
Esto va acompañado de unas cajas que se ubican en los suiches de la habitación para manejar la luz, o en la cama para moverla.
Cuartas maduró la idea en 2013, cuando desarrolló la primera parte del software y el primer prototipo funcional.
“Me involucré con esta propuesta inspirado en un grafitero norteamericano que controló su dibujo con los ojos. Además, en ese momento yo estaba viviendo en Brasil, país con alto número de personas con discapacidad y con un entorno poco amigable para ellos”, resalta el estudiante de ingeniería.
A esto se sumó que su abuela padeció un accidente cerebrovascular y quedó con una semiparálisis en su cuerpo. No podía apagar la luz, ni cambiar el canal de televisión.
“Imagínese a todas las personas que permanecen incómodas sin poder decirle a alguien que les ayude en estas funciones. Le tuvo que pasar a mi abuela para decidirme a hacer algo por la gente”.
La mayor novedad de su invento es que más allá de la propuesta tecnológica, cualquier persona en el mundo lo puede desarrollar porque es un recurso abierto para que se construya, eso sí, no es regalado.
Cuartas es el único con potestad económica sobre el invento. Aunque puede autorizar o no a la persona o fundación que lo vaya a desarrollar, lo que identifica de inmediato con el software desarrollado por él y su equipo
”Además, se busca que cualquier persona lo construya con elementos muy baratos. La cámara no es especializada de 3.000 dólares sino que es una webcam de 15.000 pesos y el marco de las gafas vale 10.000 pesos”.
Se trata de una webcam modificada para que funcione como cámara nocturna. Con lentes puestos se hace una calibración de los ojos del paciente, lo que permite controlar la interface.