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A partir del 1 de enero del próximo año, es decir durante esta misma semana, es un momento clave para el medio ambiente del país, teniendo en cuenta que desde entonces deberá iniciarse con el código de separación de residuos de la siguiente manera: color blanco para depositar los residuos aprovechables como plástico, vidrio, metales, papel y cartón; negro para depositar residuos no aprovechables como el papel higiénico, servilletas, papeles y cartones contaminados con comida, papeles metalizados, entre otros; y verde para depositar residuos orgánicos aprovechables como los restos de comida, desechos agrícolas etc.
Adicionalmente, para cierre de dicho año una de las metas oficiales que se tienen es lograr que 10 % de los envases y empaques sean recogidos y aprovechados para nuevamente ingresarlos a la vida útil.
Este es solo un primer paso en el concepto de economía circular, el cual se entiende como “un sistema de producción y consumo que promueve la eficiencia en el uso de materiales, agua y energía; teniendo en cuenta la capacidad de recuperación de los ecosistemas y el uso circular de los flujos de materiales a través de la implementación de innovaciones tecnológicas, alianzas y colaboraciones entre actores, y el impulso de modelos de negocio que respondan a los fundamentos del desarrollo sostenible”, a ojos de la Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC) que plantea el Ministerio de Ambiente.
Por ello, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) también ha mantenido la lupa sobre qué tanto se ha avanzado en estos términos en el país. Así, recientemente, en el segundo informe al respecto, destacó que las actividades ambientales representaron 2,04 % del gasto total del Gobierno Nacional en 2019.
De esta manera, las actividades de gestión de aguas residuales respondieron por 30,5 % del gasto en protección ambiental para entonces, siendo la actividad de mayor relevancia. A esta le siguieron la de protección de biodiversidad de los paisajes (20,9 %) y la protección y recuperación del suelo, aguas subterráneas y superficiales (8,1 %).
Así mismo, el reporte informó que la participación total de los impuestos ambientales fue de 0,4 % con respecto al total de tributación nacional de 2019.
El camino
Desde la Secretaría de Ambiente de Medellín ya se han hecho avances con respecto a la implementación de la economía circular. La meta es clara para 2023: subir de 25% a 35% de residuos aprovechados.
“Este indicador será alcanzado mediante el fomento de la gestión integral de todo tipo de residuos sólidos, así como acciones y proyectos que permitan el cambio y generación de hábitos responsables en los habitantes de Medellín, garantizando una prestación eficiente en el servicio de aseo bajo los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, explicaron voceros de la Secretaría a EL COLOMBIANO (ve Para Saber Más).
Entre los indicadores que se manejan en la ciudad para el fortalecimiento de la economía circular se destacan cuatro para cierre de 2023: la existencia de por lo menos cuatro Proyectos de diagnóstico, educación y gestión de Residuos de Construcción y Demolición implementados; el acompañamiento a 3.080 recicladores; la creación de una planta piloto para el aprovechamiento de residuos; y una Política Pública de Economía Circular formulada.
Para esto último “se ha desarrollado un plan de trabajo que se basa en conformar un grupo técnico con diferentes dependencias y entidades que tienen injerencia en el tema; generando mesas de trabajo con diferentes sectores económicos, académicos, sector de la innovación y ciudadanía en general que estén articulados con los mecanismos y líneas temáticas de la Estrategia Nacional de Economía Circular (ENEC)”.
Una mirada nacional
La hora de ruta del país se encuentra en la Estrategia Nacional de Economía Circular, emitida el año pasado por el Ministerio de Ambiente, en la que se identifican los principales problemas en este aspecto y se evalúa cómo avanzar.
En primera instancia, dicho documento hace referencia a que aún existen brechas en la reutilización y reciclaje de materiales. Ejemplo de ello es que para 2017, cifras citadas por el Ministerio, el acero solo registraba un reciclaje y reutilización de 71 % cuando su potencial verdadero es de 97 %. Del mismo modo, el biomaterial primario solo volvía a ingresar al flujo económico en 30 %, cuando en realidad puede hacerlo hasta en un 85 %, mostrando una posibilidad de cubrir aún 55 %. Además, si bien el cemento tiene una capacidad de hasta 50 % de reingreso a la economía, esto solo se lleva a cabo en un 2 %.
Por ello, la estrategia que plantea esta cartera se basa en cinco ejes: ajuste, desarrollo e innovación normativa; conocimiento e investigación; gestión de instrumentos financieros; creación de incentivos y escenarios de cooperación.
A nivel micro, las acciones que se plantean son optimizar los recursos, remplazar productos por servicios y fomentar el ecodiseño. En niveles más amplios se habla de nuevos modelos de negocio, colaboración industrial y consumo sostenible, entre otros.
De esta manera, desde el empresariado, la Asociación Nacional de Empresarios (Andi) plantea una estrategia conocida como 3030, en la que se busca llegar a que se reutilicen o reciclen 30 % de los empaques y envasen para el año 2030.
Según explicó Carlos Manuel Herrera Santos, Vicepresidente de Desarrollo Sostenible de la Andi, se está trabajando en varios frentes para avanzar hacia el aprovechamiento de estos recursos. Entre estas, se avanza en que el diseño de los envases desde el principio esté pensado para volverse a utilizar. También se avanza en la creación de infraestructura que permita optimizar estos procesos.
El experto agregó que estas iniciativas “las percibimos como un tema que es necesario porque nos hace más competitivos y urgente en la medida en la que los recursos naturales se están agotando y el sector productivo debe jugar un rol importante”.
En este sentido, Daniel Mitchell Restrepo, presidente de Acoplásticos, apuntó que incluso este sector también apoya el reingreso de materiales al ciclo productivo.
Así, Mitchell Restrepo aseguró que desde este gremio se ha impulsado el emprendimiento de reciclaje por medio de ruedas de negocios y se ha trabajado en el ecodiseño y la implementación de sellos ambientales para que se promocionen los productos que se dirigen hacia una economía circular.
Además de esto, Acoplásticos también sumó esfuerzos para dar más información, puesto que “consideramos que en Colombia hay poca”, según Mitchell Restrepo. Para ello, se ha desarrollado la propuesta plas-tic.org.
Sin embargo, un punto en el que enfatizó Natalia Osorio Sierra, CEO de la plataforma online de compra y venta de residuos Rescycle.co y directora I+D de Incyclo S.A.S, es que nada de esto es tan importante como la decisión del consumidor final de apostarle a la reincorporación de plásticos y demás insumos a la cadena en calidad de una materia prima.
Así, la experta acotó que “la economía circular es importante porque en este momento, incluso con la pandemia, se están generando una cantidad de residuos impresionantes que si seguimos con la economía lineal no se aprovecharán y nuestro relleno sanitario no va a poder resistir”.
Finalmente indicó que si se sigue avanzando en una economía lineal, en la que no se redireccione lo que algún día fue materia prima, el reciclaje se convertirá en un tema de supervivencia.
Periodismo. Gestión Cultural. Por la sonrisa de mi madre que vale un millón.