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El Fondo Monetario Internacional mostró perspectivas más optimistas con respecto al futuro económico para América Latina y el Caribe, teniendo en cuenta que ahora se calcula que el decrecimiento económico será de 8,1 % este año, como efecto de la pandemia. No obstante, para la anterior medición, presentada en junio, el panorama que pintaba era de una caída de 9,4 %, lo que evidencia una mejora de 1,3 puntos porcentuales en las perspectivas.
De cara a 2021, año en el que se espera y se dé un rebote al alza de manera generalizada, ahora no se prevé un repunte de 3,7 %, como se tenía pensado en junio, sino de un poco menor 3,6 %.
Recientemente, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) había hecho la actualización de sus estimaciones en esta parte del mundo, informe en el que reveló que en sus proyecciones la cifra clave para cierre de este año significará un retroceso de 9,1 %.
A partir de esto, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal ha hecho un llamado hacia dos ejes para mitigar la crisis: asociaciones publico-privadas e integración regional para crear cadenas conjuntas.
“Si consideramos la tasa de crecimiento promedio de la década pasada, de 1,8%, el PIB regional solo regresará a los niveles que tenía en 2019 el año 2025”, advirtió Bárcena.
Con respecto al país, desde el mes pasado, el FMI había anticipado que el crecimiento económico que se proyectaría en este nuevo reporte sería de -8,2 %, con lo que se ve una perspectiva más pesimista con respecto a los -7,8 % que se proyectaban en junio para cierre de este año.
Así, para el próximo año, el alza en el PIB que se proyecta en el país es de 4 %, en la misma línea que se venía manejando previamente. Sin embargo, las cuentas planteadas por el Gobierno, en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, es que el país verá una variación de -5,5 % este año, que contrastará con una recuperación que esperan sobre 6 %, dos puntos porcentuales alejados de lo que calcula el FMI e incluso entidades como el Banco de la República.
“Las estimaciones reales a medida que se cierra el año y que se están ajustando muestran que el crecimiento no va a ser tan alto como el que esperaba el Gobierno Nacional, que las necesitaba para tener estabilidad macroeconómica”, manifestó el analista económico Raúl Ávila, quien agregó que “una caída del PIB va a significar menores ingresos y una pérdida más alta del poder adquisitivo y un decrecimiento de la calidad de vida para los ciudadanos”.