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En Colombia los sectores económicos que tienen mayor acceso a los productos financieros son el comercio, la industria manufacturera y el transporte, alojamiento y comida. Así lo señala un estudio difundido por economistas de la Banca de las Oportunidades con base en las cifras del Registro Único Empresarial y Social (Rues) y de la central de información TransUnion.
Para este, se obtuvo una base de 1.635.641 unidades en 2019, que correspondían en un 71,2 % a personas naturales y en un 28,7 % a personas jurídicas. Partiendo de allí los datos hallaron que entre las sociedades consolidadas el 90,1 % contaban con algún producto financiero activo, 84,6 % con mínimo un depósito y 73,7 % con un crédito.
Entre tanto, para el caso de las empresas nacientes se identificó que el 67,7 % tenía algún producto, el 62,6 % algún depósito mientras que solo cuatro de cada diez (46,1 %) tenía un crédito; por el lado de las compañías maduras la investigación determinó que en el 63,8% se tenía acceso al crédito.
Partiendo de allí, el estudio titulado ‘Inclusión financiera empresarial: evidencia con registros administrativos’ se enfocó en los mencionados sectores y describió que en el caso del comercio el nivel de acceso de las empresas a los productos financieros es de 84,7 % (ocho de cada diez), mientras que en cuanto al crédito el porcentaje es de 65,1.
Por los lados de la industria se observó la misma proporción de compañías con productos financieros que en el comercio (84,7 %), mientras que transporte, alojamiento y comida se reportó en el tercer lugar con 83,4 %.
Ahora bien, sobre los ramos que tuvieron los menores niveles de inclusión financiera se explicó que estos fueron, en su orden, minería con solo 66,5 % de las firmas con algún producto, mientras que para el caso de los negocios agropecuarios el indicador fue del 70,3 % y para la construcción estuvo en 72,4 %.
“Un hallazgo complementario son los tipos de productos de depósito. Mientras que para las empresas más antiguas es más probable tener cuentas de ahorro y corrientes, en las más jóvenes, cuando se trata de personas naturales, predominan los depósitos electrónicos”, se detalla en el informe elaborado por Juan Valderrama, Federico Medina, Camilo Peña, Freddy Castro y Daniela Londoño.
Otros datos reveladores tuvieron que ver con el tamaño de las empresas y su distribución por departamentos. En ese sentido y en línea con los cálculos de gremios y las cifras oficiales de Confecámaras, se encontró que del total de compañías 1,5 millones eran micro (92,4 %) 92.850 eran pequeñas (5 %), 24.648 medianas (1,50 %) y 7.621 grandes (0,5 %).
Del total, la mayor cantidad eran sociedades nacientes que significaron 32,3 %, y a estas les siguieron las jóvenes con el 23,5 % de participación, las consolidadas (22,9 %) y las maduras (21,3 %).
De las regiones principales, lo que se sabe es que en el caso de Antioquia el porcentaje de empresas con productos financieros activos es del 80,8, mientras que en el caso de los depósitos es el 77 % y para los créditos, el 55,7 %.
De su lado, Bogotá registró tasas del 79,3 %, 75,1 % y 55,6 % en esos indicadores, respectivamente; mientras que para Valle del Cauca el ejercicio determinó que fueron del 82,9 %, 78,4 % y 61,5 %.
Con todas estas cifras para los autores quedan dos cosas claras: las empresas adquieren productos financieros que estén acordes con su etapa de desarrollo y por otro lado una de las claves son las alternativas digitales sobre todo para las unidades productivas jóvenes, pequeñas o que se encuentran en zonas con una baja cobertura financiera.
Para Javier Vásquez, jefe regional de Visa Consulting & Analytics, otra vía para pensar en inclusión financiera son los pagos digitales y más teniendo en cuenta el auge que vive el comercio electrónico por cuenta de la pandemia, con un consumidor que privilegia las compras en línea.
Cabe destacar que en los datos sobre inclusión de las empresas los investigadores de Banca de las Oportunidades destacan que se trata de una foto incompleta y sesgada por los altos índices de informalidad a nivel de compañías en Colombia y porque además se basó en datos de las 57 cámaras de comercio; aún queda espacio por ganar en esta materia