“A punta de uchuvas no vamos a llegar. Las exportaciones están cayendo por encima de los 10.000 millones de dólares este año y con ventas al exterior de cien mil dólares de uchuva, las cifras no me cuadran”.
Así se expresa Sergio Clavijo Vergara, presidente de Anif, centro de estudios económicos, al revisar las cifras de las exportaciones colombianas entre enero y agosto de este año, las cuales, según el Dane, observan una contracción del 33,7 por ciento en comparación con igual periodo de 2014.
La explicación oficial, en el sentido de que el dato obedece a la reducción de 45,6 por ciento en las ventas externas de combustibles y de otras materias primas, le da la razón a Clavijo, quien desde hace algún tiempo sostiene que la dependencia del país de la actividad petrolera terminaría contagiándolo con la enfermedad holandesa (consecuencias dañinas provocadas por un aumento significativo en los ingresos en divisas).
Lo más preocupante, es que el fin del auge petrolero evidenció que el país no supo sembrar los frutos de las cuantiosas ganancias que trajo consigo esa renta y está mal posicionado para aprovechar las oportunidades que ofrecen los Tratados de Libre Comercio (TLC), ni cuenta con un portafolio exportador que le permita suplir los menores ingresos.
La percepción de Anif es reforzada por Leonardo Villar, director de Fedesarrollo, otro centro de estudios económicos. Señala que el petróleo y otros minerales representaron en 2014 ventas por 36.400 millones de dólares, equivalentes al 66,4 por ciento de las exportaciones totales.
Además, entre 2014 y 2015 se espera una caída en esas exportaciones del orden de 14.400 millones de dólares. Mientras tanto, las exportaciones no tradicionales siguen decreciendo incluso con la depreciación del peso y en los ocho primeros meses de este año cayeron 8,5 por ciento.