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El caso de los Papeles de Panamá o Panamá Papers, que hace un año puso al descubierto el dinero oculto de personalidades y compañías de todo el mundo, ha dado un impulso a la lucha global contra la evasión fiscal, pero todavía quedan cosas por hacer.
“El intercambio automático de información, que es el verdadero fin del secreto bancario, ya no es objetado por nadie luego del empujón de los Papeles de Panamá”, aseguró Pascal Saint-Amans, director del Centro de Política y Administración Fiscal de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde).
Para el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, 2016 fue el año de la “transparencia”: “cada euro que no paga una multinacional, es un euro más que pagan los hogares. Esto también es que hayan menos servicios públicos, menos inversiones para el crecimiento”, dijo.
Cabe anotar que Panamá cambió su legislación y firmó la Convención Multilateral contra el Fraude Fiscal. Así que tiene la obligación legal de responder a peticiones de información de otros 108 países (incluido Colombia desde 2018). Este viraje persuadió a otros países resistentes como Líbano, Bahréin, Hong-Kong y Bahamas. Sin embargo, el estado de Delaware (EE. UU.) no ha dado su brazo a torcer.
“Para 2017, tengo dos prioridades: una lista europea de paraísos fiscales, que espero se combine con sanciones y con una proposición sobre intermediarios, que ayudan a empresas y particulares a organizar evasión fiscal”, prometió Moscovici.