El comportamiento del dólar, que ayer cerró en $3.880, pero había alcanzado los $4.000 el pasado 10 de agosto, ha motivado preocupaciones entre diversos gremios colombianos, debido al obstáculo que esto puede representar para sus negocios.
En consecuencia ya piden intervención del Banco de la República para estabilizar los precios de la divisa.
Recientemente, Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), hizo notar que la moneda estadounidense ha tenido un incremento por el orden de 16 % anual –en agosto– con respecto al peso colombiano.
Así las cosas, desde su óptica, el alza en la divisa se traduce en el encarecimiento de los productos terminados que importan los mercaderes nacionales. Así mismo, subrayó que afecta las compras internacionales de las materias primas para la industria y el sector agropecuario.
Voz de los empresarios
Un ejemplo de ello lo entregó Tatiana Duarte, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de la Industria de la Comunicación Gráfica (Andigraf), quien expuso que este sector “depende directamente de la tasa de cambio debido a que es un sector que realiza una gran cantidad de importaciones (insumos, materias primas y maquinaria)”.
Además, tal como lo remarcó, el encarecimiento del dólar –por efecto de la pandemia– ya había golpeado las importaciones de la industria gráfica en 2020, cuya caída fue de 19,7 % con respecto al año anterior.
Por los lados del agro, Eduardo Velázquez, productor lechero, también señaló en diálogo con este diario que el incremento en la mencionada divisa tiene un impacto significativo en su sector, toda vez que la materia prima para el alimento de los animales es importada.
Igualmente, argumentó que la logística de transporte entre los territorios aduaneros incrementa como consecuencia de la tasa de cambio.
De otro lado, Paula Cortés Calle, presidenta ejecutiva de la Asociación Colombiana de Agencias de Viaje y Turismo (Anato), explicó que el tránsito de viajeros en el país va en doble vía.
Es decir que no solo se limita a la recepción de visitantes extranjeros, a los que les favorece la debilidad del peso; sino que también hay salida de colombianos, a quienes se les han encarecido los costos.
La petición
Con todo este contexto en mente, Cortés envió un mensaje contundente: “Pedimos mayor atención en esta materia que preocupa mucho y con esto se frena un poco la reactivación que estábamos viendo”.
Mientras que el presidente de Fenalco subrayó que “debe ser necesaria una mayor intervención del Banco de la República para estabilizar la tasa de cambio. Igualmente promover las inversiones y las exportaciones del país”.
¿Es viable?
En este contexto, según Alejandro Torres, docente de economía en la Universidad Eafit, en Colombia existe un régimen de tipo cambiario flexible.
Lo anterior significa que el precio de la divisa estadounidense está determinado por la oferta y la demanda, como cualquier otro producto y servicio negociado en un libre mercado.
“Eso –dilucidó el profesor– tiene muchas explicaciones, una de ellas es que nosotros no sabemos cuál será el mejor precio del dólar. Por ejemplo, en este momento hay una preocupación muy grande de los importadores, pero si le preguntamos a los exportadores, ellos pueden estar viendo una gran oportunidad de aumentar sus utilidades”.
Un ejemplo de los favorecidos con el actual precio del dólar, según el docente, es Ecopetrol, que en promedio recibe unos US$70 por barril y eso, a su vez, representa mayores ingresos para el Gobierno, que tiene el 88 % de la participación accionaria en esa compañía.
En este orden de ideas –complementó– el Banco de la República no puede definir un precio puntual para la citada moneda, pero sí cuenta con un instrumento para reducir su variación brusca en los mercados cambiarios.
La alternativa
El emisor, de acuerdo con el profesor Torres, podría echar mano del instrumento conocido como “opciones put”, utilizado para la compraventa de dólares a un precio determinado en el futuro, de tal modo que los directos interesados puedan hacerse una idea del valor aproximado en una semana o un mes, por ejemplo.
Desde la perspectiva de Juan Carlos Echeverry, exministro de Hacienda, “el banco debe moderar la volatilidad y ahí lo fundamental es que los movimientos sean suaves y no como se presentan en Colombia. con grandes saltos en una dirección u otra”.
A su modo de ver, la autoridad monetaria colombiana podría seguir el ejemplo del Banco Central de Reserva de Perú, cuya fórmula, conforme a lo esbozado, consiste en comprar y vender dólares todos los días: “de manera que van moderando los movimientos de corto plazo y van generando una senda suave”.
Sin embargo, apuntó que para conseguir esa moderación, el emisor “debe estar dispuesto a jugar todo el día en el mercado y para eso toca trabajar”.
Paralelamente, Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, explicó que la subida experimentada la semana anterior en la tasa de cambio obedece, mayoritariamente, a factores internacionales, como el avance de la variante delta del covid-19.
“Como son cosas externas, el Banco de la República ha preferido no intervenir el mercado cambiario en la medida que las fuerzas internacionales y los grandes capitales tienen mucho más bolsillo para invertir y pelear contra la moneda”, señaló el especialista.
En línea con ello, sostuvo que una intervención de esta clase podría no ser eficiente, “además enviaría una señal todavía más complicada: no se respeta la flotabilidad de la tasa de cambio”.
A su juicio, “la cura podría salir más cara que la enfermedad porque buena parte de lo que continúa teniendo Colombia es una institucionalidad muy fuerte en la medida que se deja fluctuar la moneda dependiendo de lo que el mercado decida”.
Sobre la baja probabilidad de una intervención coincidió Juan Carlos López, docente de economía e investigador de la Universidad EIA, para quien la apreciación del dólar es coyuntural, pero reconoció la existencia de varios factores que podrían mantener una tendencia alcista
$3.880
Fue el precio de cierre registrado ayer por el dólar en Colombia.