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La reforma energética aplicada en México desde el pasado primero de enero, que provocó que ese país pasara de tener un modelo único de precio de los combustibles a uno de precio máximo y variable, desató el descontento de la población que ha protestado de manera violenta en diferentes regiones durante los primeros días de este 2017.
Un informe de la agencia AFP señaló que hasta ayer las manifestaciones dejaban un policía muerto, más de 250 establecimientos de comercio saqueados y 500 detenidos, además de bloqueos en varias carreteras.
Con el nuevo modelo, el precio de la gasolina, al igual que en Colombia, no tendrá el mismo valor en todo el territorio. Para implementar la medida, se estableció un periodo de flexibilización que irá hasta el próximo 3 de febrero, luego habrá un par de actualizaciones y desde el 18 de febrero los precios máximos se determinarán a diario. La reforma contempla otras cinco etapas para liberalizar el valor de los combustibles.
En julio, el litro de gasolina corriente (magna) en México costaba 13,31 pesos (1.848 pesos colombianos, con una tasa de cambio de 138,9 pesos por cada peso mexicano). Pero para esta semana, el valor es de 15,99 pesos (2.221 pesos colombianos). El alza del precio del diésel fue de 16,5 %, al pasar de 14,6 % (julio de 2016) a 17,05 pesos el litro, este año.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, justificó la medida: “Comprendo la molestia y el enojo que hay entre la población en general y entre distintos sectores de nuestra sociedad, pero de no hacer la reforma, y es adonde apelo a la comprensión serían aún más dolorosos los efectos y las consecuencias”.
La periodista, Mariana Maldonado, explicó que la reforma energética, que popularmente se conoce como el “gasolinazo”, se suma a otra serie de incrementos y alzas que han debido afrontar los mexicanos.
“Han aumentado los precios de la energía y el gas, y como consecuencia del aumento en los precios de la gasolina, se vendrá un alza en la canasta básica, lo cual va a pegar terriblemente en la economía de los mexicanos, sobre todo de los más pobres”, dijo.
Recordó que el salario mínimo en México alcanza para comprar sólo 33 % de la canasta básica. “Piense cómo la van a pasar aquellos que ganan eso, y en general, pues todos estamos perdiendo poder adquisitivo de manera alarmante”.
Para Maldonado, la actitud del Gobierno mexicano ha deteriorado más el ambiente. “El aumento se debió a que las empresas petroleras internacionales pidieron que subiera los precios para poder entrar a competir al mercado mexicano; la reforma abrió la posibilidad de entrada de esas compañías, cosa que antes no se podía, y aseguraba el monopolio de Petróleos Mexicanos (Pemex)”.
Por su parte, analistas y voceros del Banco de México advirtieron que el alza podría tener un efecto inflacionario, pero señalan que debe evitarse que haya una contaminación generalizada a otros sectores de la economía.