Desde finales del 2022, el gobierno anunció que subsidiaría el 50% del Soat a un grupo de usuarios en el que están incluidos unos nueve millones de motociclistas. En ese momento, José Antonio Ocampo, ministro de Hacienda, confirmó que el costo anual de ese auxilio rondaría los $2 billones.
En medio de las voces a favor y en contra, el funcionario aclaró que esa plata saldría de la adición presupuestal que próximamente se presentará ante el Congreso, recursos que provendrían en buena medida de la reforma tributaria, que espera racaudar 20 billones adicionales en impuestos este 2023.
La nueva carga se le sumaría a estos recursos que el jefe de Hacienda ya había mencionado para programas como la reforma agraria, las víctimas del conflicto, paz, salud, educación y vivienda (ver gráfico).
Si bien Ocampo no ha detallado cuánto se le daría a cada área, sí había dicho que el 90% del recaudo obtenido con la tributaria iría para mayor gasto social. Hasta ese punto, algunos expertos ya habían cuestionado si todo el programa, más el subsidio al Soat, cabría dentro de la adición presupuestal.
Unos meses más tarde, el Dane reportó que, en 2022, el costo de vida terminó con un incremento total del 13,1%. Y como el aumento en las tarifas de los peajes está atado a ese dato, el Ministerio de Transporte comunicó que el valor quedaría a precios del 2022 para amortizar el golpe a los usuarios.
Sin embargo, hay que dejar claro que la medida no consiste en que las casetas cobren lo mismo del año pasado y ahí murió el asunto, no: el valor de los peajes se congela pero el porcentaje que tendrían que subir (13,1%), se les debe reconocer a los concesionarios que están cargo de la construcción, adecuación y mantenimiento de las vías, y el gobierno se comprometió a poner ese diferencial.
¿De dónde saldrá la plata para cubrir esa obligación? Esa inquietud la respondió Ocampo, quien explicó que esa especie de subsidio tendrá un costo total de $800.000 millones y también se le cargaría a la adición presupuestal. Aunque no se sabe si ese subsidio se mantendrá por más años, pues ese monto no podría rebajarse después, o si el próximo año los usuarios asumirán el incremento correspondiente a 2023.
¿Dará para tanto?
El exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo ha hecho seguimiento a los anuncios de política fiscal y expresó sus dudas frente a esos nuevos gastos.
“Deben caber en la adición presupuestal, el problema es que el tope de la adición presupuestal son $20 billones (lo que debe producir la reforma tributaria), la pregunta sería: todos los gastos que están anunciados —o en espera— ¿caben dentro de ese límite? Yo creo que no”.
Para el profesor Mauricio López, director del grupo de Macroeconomía Aplicada en la Universidad de Antioquia, “en materia hacendística, este gobierno, en cabeza del ministro Ocampo, tiende a ser muy racional”.
“De modo tal que uno espera que estos anuncios de mayores gastos tienen un soporte en ingresos que el Estado espera recaudar. Si bien se nos hizo un anuncio sobre los $20 billones que vendrán con la tributaria, hay que decir también que, finalizando el año pasado, las noticias del recaudo por parte de la Dian fueron muy positivas. Por eso, yo pensaría que el gobierno sí tiene un respaldo para estos gastos”, añadió.
Desajuste en las cuentas
De otro lado, Raúl Ávila, docente de economía en la Universidad Nacional, enfatizó en que la dificultad con los nuevos gastos parten de los “vacíos presupuestales” y de las proyecciones de otros ingresos que ha planteado el gobierno.
En ese orden de ideas, por ejemplo mencionó que, de momento, hay una complicación más en las cuentas públicas y tiene que ver con la cotización internacional del petróleo, pues el ministerio de Hacienda había pronosticado que el barril de Brent rondaría los US$94 en 2023, pero en lo que va de año apenas se movido entre los US$80 y los US$84.
Según, expertos en este tema, si se mantienen esos valores internacionales, al final del año al país le dejarían de entrar unos $3 billones. Por ello el profesor Ávila señaló que las cuentas no están aterrizadas en todos los casos. “Al final, seguramente habrá necesidad de recurrir a algún financiamiento y vamos a tener nuevamente un déficit fiscal alto”, agregó el docente.
Contra la inflación
En medio de la controversia por el nuevo gasto y sus fuentes de recursos, el presidente Gustavo Petro defendió la congelación en las tarifas de los peajes dado el alto costo de vida que enfrentan los hogares colombianos.
“Con el congelamiento del precio del diésel y el de los peajes, prácticamente no habrá incrementos de costos de transporte de carga y alimentos este año. Esta es una medida antinflacionaria estructural”, escribió el mandatario en Twitter.
Un docente especialista en temas de hacienda y política fiscal dijo que, “aunque los subsidios al Soat y a los peajes parecen un gasto mal focalizado por no cobijar a una amplia capa de la población, es necesario esperar y ver si los ingresos que tendrá el gobierno serán suficientes para desplegar sus programas sociales”