El gobierno de Estados Unidos confirmó que la generación de riqueza cayó 0,1% en el segundo trimestre de 2022 y con este dato se materializa la noticia que más temían los inversores y de las demás naciones: el país norteamericano entró en recesión técnica, término utilizado para señalar dos periodos consecutivos en los que el Producto Interno Bruto (PIB) decrecen.
Así lo apunta el tercer y último cálculo oficial de la evolución económica del país publicado por la Oficina de Estadísticas Laborales (BEA), que corroboró los datos adelantados y que reflejan una caída año a año de 0,6%.
La BEA explicó que hay un coctel de factores a tener en cuenta aquí, siendo el elevado costo de vida el principal de ellos, pues los estadounidenses enfrentan los precios más caros de los últimos 40 años. Para tratar de enfriarlos, la Reserva Federal (Fed), incrementó la tasa de interés interbancaria hasta 3,25% con el objetivo de disminuir el consumo de las personas.
La entidad a cargo de estas estadísticas igualmente indicó la incidencia que está teniendo la llamada crisis de suministros en esta caída económica, pues la escasez de materias y las dificultades logísticas para transportarlas le han pegado al aparato productivo.
Los dos trimestres de caída del PIB confirman la recesión técnica de la primera economía del mundo, aunque desde el gobierno que preside el demócrata Joe Biden se ha insistido en todo momento en que Estados Unidos no se encuentra en un escenario de recesión.
Tras confirmarse la contracción económica, los principales índices bursátiles en Wall Street se pintan de rojo: Dow Jones (-2,28%), S&P 500 (-2,85%) y el Nasdaq (-3,77%). Esto teniendo en cuenta que las empresas estadounidenses agrupadas en esas canastas accionarias tienen perspectivas menos favorables de crecer en ingresos y en ganancias.
Hay que mencionar que EE. UU. es el principal socio comercial de Colombia. Según el Dane, entre enero y julio de 2022, el 26% de todas las exportaciones colombianos tuvieron como destino el territorio estadounidense. De ahí que una caída en la economía gringa pueda derivar en menores compras a las empresas nacionales.