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La crítica situación de la Cooperativa de Caficultores de Andes (DelosAndes), cuyas pérdidas por más de 90.000 millones de pesos la tienen bajo la intervención de la Superintendencia de Economía Solidaria (Supersolidaria), tiene en alerta a los productores del grano.
Danilo Vivas Ramos, presidente de los comités Directivo y Nacional de Cafeteros, reveló que desde la gerencia de la Federación Nacional de Cafeteros se vienen adelantando distintas acciones y creando variados escenarios para definir un nuevo relacionamiento entre la agremiación y las 33 cooperativas de caficultores que operan en Colombia, cuatro de ellas en Antioquia.
“Esto deberá repercutir positivamente en el cumplimiento de la garantía de compra del café a los productores sin poner en riesgo la estabilidad del sector ni de la estructura y sostenibilidad del modelo cooperativo”, dijo Vivas, al hacer referencia a la situación de incertidumbre que enfrentan los 3.885 asociados a DelosAndes.
Según el dirigente, existe un documento de política que se encuentra en proceso de ajuste para su promulgación definitiva, buscando con ello “resolver de fondo el profundo divorcio existente entre algunas cooperativas y la Federación” (ver Qué sigue).
Sobre el caso de DelosAndes, Vivas señaló que “se espera establecer la verdadera cuantía y los factores que llevaron a la hecatombe a la que se creía la más alta expresión del cooperativismo caficultor, en no pocas ocasiones con prepotencia y arrogancia ante la Federación y el resto del movimiento solidario”.
El gremio recordó que la cadena de comercialización del grano empieza en las cooperativas, por medio de las cuales se ejerce la garantía de compra, que asegura la adquisición de café a los productores a un precio transparente, de mercado, con pago de contado.
José Eliécer Sierra, representante por Antioquia a los comités Directivo y Nacional de Cafeteros, señaló que parte de las falencias aparecen cuando las cooperativas incursionan en la exportación de grandes volúmenes del grano, cosa que no resulta pertinente toda vez que el gremio tiene dos empresas para esa tarea: es Almacafé y Expocafé.
“Habría algunas otras cooperativas de caficultores, que por respeto no voy a mencionar, que estarían exportando altos niveles sin la experiencia para estar en ese negocio. Confiamos en la vigilancia y control de la Supersolidaria para evitar nuevos casos como el ocurrido en Andes, en el Suroeste antioqueño”, concluyó.
Augusto Moreno, productor cafetero del Tolima, manifestó que lo ocurrido en Andes obedece a una situación estructural, dado el amiguismo y falta de renovación en los órganos de administración de las entidades solidarias.
“Ese es el foco de la corrupción y la causa del ocultamiento de información y maquillaje de los balances conllevado a la pérdida de los recursos de los cafeteros”, declaró el productor, quien sostuvo que las cuatro cooperativas que operan en el Tolima están bastante mal.
Moreno alertó sobre la situación de la Cooperativa de Caficultores del Tolima (Cafitolima) que el año pasado redujo sus ingresos en 12,6 % y contabilizó pérdidas por 977 millones.
“La cooperativa no exporta café, pero tenía un consejo directivo de más de doce años, no presentaban bien los informes y tenían una auditoría de bolsillo”, denunció..