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“Las empresas tendrán que hacer esfuerzos por reconstruir las relaciones interpersonales, mientras que los trabajadores deberán desarrollar flexibilidad cognitiva, capacidad de trabajo en equipos virtuales, pensamiento crítico, mentalidad digital y analítica de datos”.
Así lo concluyen los expertos en economía laboral y psicología de las organizaciones, de la Universidad Eafit, en su análisis académico “El trabajo cambió para siempre, ¿y ahora qué?”, cuya divulgación coincidió con la celebración, ayer, del primero de mayo o Día Internacional del Trabajo.
Desde la óptica de los docentes, el empleo se ha transformado drásticamente durante la pandemia de covid-19, y sostienen que algunos cambios son temporales en la organización del trabajo mientras que otros serán permanentes. Igualmente, identificaron efectos de la masificación del teletrabajo y de otras modalidades a distancia mediadas por las tecnologías digitales.
Además, de las observaciones académicas otro ingrediente lo aportó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) que el viernes reveló las cifras del mercado laboral correspondientes al primer trimestre del año, según las cuales la tasa de desempleo fue de 15,8 %, observando un aumento de 3,2 puntos porcentuales frente al trimestre enero-marzo de 2020, cuando el indicador se ubicó en 12,6 %. Es decir, que en los primeros tres meses de este año se contabilizaron 3,84 millones de desempleados frente a 3,07 millones de un año atrás, lo que representó una pérdida de 768.000 puestos de trabajo.
La medición del Dane fue menor a la estimación que 24 analistas que respondieron en abril la Encuesta Mensual de Expectativas Económicas del Banco de la República, pues apostaron por una tasa de desempleo de 16,7 % a marzo de este año.
Para los docentes de Eafit, la manera en la que se distribuye el desempleo es una fuente de inequidad. De hecho, las tasas reportadas por el Dane mostraron que la desocupación entre jóvenes (entre 14 y 28 años) fue mayor, 23,9 %; mientras los datos por sexo fueron de 18,5 % entre hombres y 31,3 % entre las mujeres.
“Las mujeres y los jóvenes, por ser una población especialmente afectada, deben ser el foco del reto de generación de empleo que la sociedad tiene que asumir.”, anotó Adolfo Eslava Gómez, decano de la Escuela de Humanidades de Eafit.
A su turno, desde la Escuela Nacional Sindical (ENS) que dirige Carlos Julio Díaz, se indicó que durante 2020 las tasas de ocupación de los jóvenes entre 14 y 28 años llegaron a mínimos históricos (34,9 %), siendo menor para las mujeres, con el 25 % de ellas ocupadas, apenas una cuarta parte de las mujeres en edad de trabajar; mientras que, esta tasa para los hombres fue mayor que el promedio, al alcanzar el 44,2 % de ellos participando en alguna ocupación, con lo que se apreció una brecha de ocupación de casi 20 puntos porcentuales.
“La brecha de participación en el empleo de los jóvenes está asociada también a la condición de género. El trabajo feminizado asocia a las mujeres a los sectores del comercio y actividades de salud y educación, entre otras, los cuales han estado más afectados por la recesión económica”, añadió la ENS.
Desde el punto de vista de Santiago Silva Jaramillo, investigador del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de Eafit, aunque la coyuntura sanitaria, social y económica obligó un cambio repentino en las formas de realizar las tareas, también demostró que el teletrabajo era posible.
"Muchas organizaciones y trabajadores se dieron cuenta de que es posible, sobre todo en organizaciones relativamente tradicionales en la forma de funcionar, que el trabajo a distancia posibilita las labores y que no es una forma de enredar la productividad o los tiempos laborales. Y creo que eso va a llevar a que sea mucho más popular una vez superemos situaciones más complicadas en términos de cuidado de la pandemia", planteó el académico.
Según el ministro del Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, durante 2020 el país tuvo un repunte de más del 80 % de empleados trabajando bajo la modalidad del home office durante la emergencia sanitaria. No obstante, esta es una tendencia llamada a replantearse, pues tras un año afrontando la nueva normalidad, 4 de cada 10 empleados quieren volver a la oficina bajo un formato de alternancia.
En esa línea, la multinacional Sodexo realizó un sondeo entre más de 900 colaboradores de diferentes empresas para identificar la modalidad de trabajo que más les interesa tanto a empleados como directivos ante esta nueva realidad.
Según ese estudio denominado “Adaptaciones del sector empresarial para retornar a las oficinas”, el 76 % de los encuestados está optando por aplicar este modelo en sus organizaciones. Incluso, con 580 respuestas, la flexibilidad en los horarios de ingreso fue uno de los beneficios considerados como muy importantes al momento de retornar a las oficinas.
Otro de los desafíos importantes identificados por los investigadores de Eafit en este nuevo contexto es la reconversión de las competencias y habilidades de los trabajadores.
Ante el aumento de la virtualidad, Jonny Orejuela, coordinador de la maestría en Psicología del Trabajo y las Organizaciones de ese establecimiento educativo, señaló que será necesario “desarrollar nuevas capacidades, por ejemplo, la flexibilidad cognitiva, trabajo en equipos virtuales, de desarrollar el pensamiento crítico, tener mentalidad digital y operar con números, de saber interpretar gráficas y explotar datos derivados de la analítica de datos".
El académico también enumeró la resiliencia profesional, es decir, la capacidad de soportar los retos y transformaciones que se producen no solo por la pandemia, también por el ingreso a la cuarta revolución industrial.
Desde la perspectiva del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Día del Trabajo 2021 encontró a la región con un nuevo tipo de trabajador: el de las plataformas digitales.
“Estos arreglos laborales suponen una oportunidad al permitir un uso más eficiente de los recursos y proveer flexibilidad tanto a las empresas como a los trabajadores. Pero también presentan riesgos, como una mayor volatilidad en los ingresos y el posible deterioro de las condiciones de empleo, particularmente del acceso a la protección social. Adicionalmente, es más probable que los nuevos trabajadores digitales sean cuentapropistas que empleados formales”, advirtió la entidad en su más reciente Reporte de Economía y Desarrollo (ver Para saber más).
Para Guillermo Alves, economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de CAF, “el crecimiento reciente del empleo de plataformas hace necesario repensar las instituciones de protección social y adecuarlas a las características del mercado laboral actual. El acceso a los beneficios sociales por parte de los trabajadores de plataforma presenta desafíos similares a los que genera la cobertura del empleo independiente tradicional. En este sentido, la tecnología podría convertirse en un aliado al facilitar el registro de las actividades y el pago de las obligaciones”
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.