Con cautela. Así es como viven los mercados globales en este momento de incertidumbre, producto de la identificación de una variante de covid que podría ser más agresiva que la delta, la ómicron reseñada hace pocos días en Sudáfrica y que empieza a darle la vuelta al mundo.
El viernes pasado fue calificado como un “viernes negro”, cuando casualmente ese día el comercio celebraba su tradicional Black Friday, ya que los índices bursátiles más importantes del mundo se precipitaron a terrenos negativos,
En Wall Street, el Dow Jones cayó 2,71% y el Nasdaq 2,01%. En Europa, el Ibex 35 (España) cayó 5%, París retrocedió el 4,8%; Milán, el 4,60%; Londres, el 3,64%; y Fráncfort, el 4,15%. En Asia, el Nikkei de la Bolsa de Tokio se dejó un 2,53%; el Hang Seng (de Hong Kong) presentó una caída del 2,67%. Inclusive el MCSIColcap, indicador de la Bolsa de Valores de Colombia, se precipitó 1,98%.
Y el precio del barril de petróleo de calidad Brent, que sirve de referencia para Colombia, se situó en un precio de 73,68 dólares, tras caer un 10,44%, mientras que el Texas se colocaba en los 69,50 dólares, tras retroceder un 11%.
Desde junio de 2020 no se vivía una jornada tan aciaga, y la causa era la misma de entonces: la posibilidad de que el coronavirus encerrara al mundo. Esa visión apocalíptica del viernes pareció borrarse ayer, cuando los mercados empezaron a repuntar.
Las subidas no alcanzaron a recuperar del todo las pérdidas de la jornada anterior, pero es posible que esta semana retomen la senda de reactivación que han vivido las acciones globales, si la ciencia no llega a una conclusión catastrófica sobre la peligrosidad de la variante ómicron.