“El gobierno Santos ya podría hacerse a la idea de que su mandato finalizará sin entregar el Túnel de la Línea y sin lograr el ingreso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde)”, afirma José Roberto Acosta, miembro de la Red por la Justicia Tributaria.
Colombia, desde 2013, busca ingresar al que se considera “un grupo selecto” de países que cumplen con los más altos estándares de calidad en aspectos económicos, laborales, sociales y ambientales. Son 35 los miembros actuales y 23 las comisiones que debe pasar un país interesado en acceder, Colombia está a dos de ser aceptada: comercio y asuntos laborales, los pendientes (ver Paréntesis).
Tras la carta dirigida por parte de la Asociación Nacional de Manufactureros (junto a otras agremiaciones) al representante de Comercio de EE. UU., Robert Lighthizer, Colombia se enfrenta a uno de los obstáculos más importantes del proceso.
“Las industrias manufactureras de Estados Unidos, incluidos los productos farmacéuticos, el transporte por carretera y otros, están preocupados por el acceso al mercado y las barreras reglamentarias, que son incompatibles con los compromisos internacionales de Colombia y los principios básicos de transparencia, participación y no discriminación de la Ocde”.
De darse la aceptación, Colombia culminaría la consolidación en la transición de ser un país de ingresos bajos a medios. La Asociación Nacional de Manufactureros de EEUU considera que la inclusión del país, sin el cumplimiento estricto de los requerimientos, desvirtuaría el rigor de la organización.
“Comercio y asuntos laborales son los temas más álgidos. Es un obstáculo, pero no supone el fin, pues no hay tiempo límite para ingresar a la Ocde una vez se ha iniciado el proceso”, afirma Saúl Pineda, director del Centro de Pensamiento en Estrategias Competitivas de la Universidad del Rosario.