El precio del barril de petróleo Brent cayó hoy a niveles de US$91,56, el más bajo en los últimos seis meses, según registros de Bloomberg.
La cotización del hidrocarburo también cayó ayer un 3,08%, al cerrar la jornada en US$92,26, en un contexto de temor a una ralentización de la economía global que ha contrarrestado en las últimas jornadas el efecto al alza de la restricción de oferta generada por la guerra de Ucrania.
Pese a acercarse a los US$90 por barril en las primeras horas de la mañana, el costo del Brent tomó un nuevo aire y hacia las 10 de la mañana se ubicaba en US$94,19.
Los datos del Brent oscilan al calor de las cifras de las ventas minoristas en Estados Unidos, que no apreciaron cambios en julio (0,0%), debido a la caída de los precios de la gasolina que últimamente tuvo un descenso de 1,8% en los ingresos de las estaciones de servicio, y a la contracción de 1,6% en las ventas de vehículos y autopartes.
En Colombia, el comportamiento del Brent en el mercado internacional está enmarcado en las discusiones suscitadas por el Gobierno de Gustavo Petro, que busca imponer mayores tributos a las exportaciones petroleras.
Es así como la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP) planteó una serie de inquietudes frente al efecto de la reforma tributaria, la cual pondría en riesgo la viabilidad de proyectos de exploración y producción e inversión privada en el sector.
Según el gremio, con la reforma la carga fiscal del sector llegaría hasta el 80%, lo que comprometería la viabilidad de proyectos de exploración y producción, incluidos contratos existentes que requieren de inversión, sin perjuicio de la necesaria para una transición integral.
La ACP advirtió que una disminución en la inversión y la cancelación de proyectos de exploración y producción pondría en riesgo no solo la competitividad de proyectos fundamentales para la autosuficiencia energética y contar con precios razonables para los hogares, particularmente en gas y electricidad, sino que impactaría el desarrollo, el empleo y la contratación de bienes y servicios en 19 departamentos, en contravía al espíritu de la reforma.