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Alza en precios de hierro y acero está afectando las construcciones

Camacol propone reducir aranceles para algunos tipos de acero,
mientras que la Andi asegura que el país tiene la producción asegurada.

  • Según VIVA, hierro y acero son materiales fundamentales para la construcción, por lo que su precio impacta de manera negativa el costo de las obras. FOTO carlos velásquez
    Según VIVA, hierro y acero son materiales fundamentales para la construcción, por lo que su precio impacta de manera negativa el costo de las obras. FOTO carlos velásquez

Los recursos que estaban asignados por la Administración Municipal de Envigado, el Área Metropolitana y el Gobierno Nacional para la construcción de tres colegios en ese municipio no fueron suficientes por los altos costos de materiales como el acero y el hierro.

Así lo expresó el alcalde Braulio Espinosa, quien afirmó que tuvieron que acudir a una ayuda adicional del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE), por 10.000 millones de dólares, para culminar esos centros educativos.

“La Normal Superior de Envigado; la Institución Educativa José Miguel de la Calle, y Alejandro Vélez, sede Alto de las Flores, tuvieron que ser suspendidas porque el hierro, el acero y las tuberías subieron de precio. La ayuda del FFIE permitirá terminar las obras porque el gobierno municipal no pone recursos adicionales”, indicó Espinosa.

Al alza en los precios de esos metales también se han enfrentado diferentes actores del sector de la construcción, quienes cuestionan si el país es capaz de atender la demanda interna y hacen la solicitud de reducción arancelaria para las importaciones de algunos productos.

Las razones del incremento

De acuerdo con el Índice de Costos de la Construcción de Vivienda (ICCV) del Dane, entre enero y julio, los renglones de mallas (28 %) y hierros y aceros (28 %) fueron, dentro de los materiales, los que obtuvieron los mayores incrementos en su variación de costos (ver gráfico).

Doblamos S.A es una empresa paisa que se dedica hace 37 años a la transformación y venta de acero en Colombia. Alejandro Salazar, director de importaciones de la compañía, expresó que el año pasado vendían el kilo de láminas de acero HR, o láminas en caliente, en $2.500 y hoy lo están haciendo en $5.500.

La preocupación ahora, según Salazar, es que estos incrementos seguirán, al menos, hasta dentro de un año. “Hay una coyuntura mundial debido a la alta demanda y la poca oferta. Por la pandemia, China, que es el principal proveedor de acero en el mundo, con un 60 % de la producción, paró sus hornos por la poca demanda que había. Cuando se reactivó la economía ya había mucha demanda y poca oferta en el mercado, lo que hizo que los precios se incrementaran”, dijo Salazar.

Ante esta situación, María Juliana Ospina, directora del Comité de Acero de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), reconoce que los precios han crecido significativamente, pero considera que este es un fenómeno transversal a muchos sectores, no solo al del acero.

“Cuando comparamos los últimos ocho meses del año, el precio del acero ha crecido significativamente, pero esto obedece a una coyuntura internacional. Las principales materias primas para producir acero, como chatarra y mineral de hierro, han tenido aumentos de 118 % y 92 %, respectivamente. Pero es algo que ha pasado en todos los sectores”, afirmó Ospina.

El Ministerio de Vivienda le dijo a EL COLOMBIANO que esta dinámica se explica también por factores como las medidas de restricción y confinamiento. “Esto ocasionó una escasez en las principales materias primas para la fabricación del acero y el hierro, y un crecimiento abrupto de la demanda de este producto a nivel mundial, derivado de las medidas contracíclicas de los gobiernos y a circunstancias adicionales como el aumento en el precio internacional de los fletes y depreciación del peso colombiano”, expresó la cartera.

Afectaciones a edificaciones

La participación del acero y el hierro en la cimentación y estructura de las construcciones es, según la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), de un 25 %. Por esta razón, Eduardo Loaiza, gerente de Camacol, regional Antioquia, advirtió sobre “la crítica situación que representa el desabastecimiento para el inicio y ejecución de los proyectos”.

Para Loaiza, la producción colombiana de estos materiales no es suficiente para abastecer la demanda local, lo que genera un problema dado que es un material insustituible en la construcción de edificaciones y su peso en los costos directos de construcción.

“La oferta de aceros largos disponible en el mercado se contrajo 14 % desde marzo de 2020, frente a un aumento de 11 % en las unidades de vivienda que iniciaron su fase de construcción. Este desabastecimiento, exagerado aumento de precios y mayores tiempos en la entrega del acero en las obras, son una realidad para los constructores de la región”.

Y agregó que esta situación pone en riesgo los proyectos próximos a iniciarse y los que están en ejecución.

Por el contrario, Ospina, desde la Andi, afirmó que la industria colombiana de la siderurgia sí cuenta con suficiente capacidad instalada para atender las necesidades del mercado interno.

“La capacidad instalada hoy es de 2,6 millones de toneladas, volumen que supera los años de mayor consumo histórico del país y suficiente para atender el crecimiento de la demanda del sector construcción e infraestructura, con sus proyecciones a 2022 y 2023. De igual manera, de ser necesario, la industria podría aumentar esta capacidad a 3,1 millones de toneladas, lo cual generaría de inmediato 2.800 empleos formales adicionales, directos y muchos más indirectos”, indicó Ospina.

Y aseguró que la participación del acero corresponde al 7 % del precio de la construcción, por lo que cree que las variaciones no deberían ser determinantes para iniciar proyectos.

María Fanery Sucerquia, gerente de la Empresa de Vivienda e Infraestructura de Antioquia (VIVA), dijo que tanto el hierro como el acero son fundamentales para la construcción de la vivienda, por lo que su precio impacta directamente de manera negativa en el costo de las obras.

“La disponibilidad de materiales también es una problemática de gran proporción. Actualmente los tiempos de entrega de los materiales de construcción son muy superiores a los que teníamos antes de la pandemia e, incluso, del Paro Nacional; eso hace que los costos asociados a la mano de obra, maquinaria y equipos se vean impactados”.

Disputa por aranceles

Entre las propuestas para garantizar el abastecimiento de hierro y acero en el país, Camacol presentó al Gobierno Nacional una solicitud para la reducción arancelaria de las partidas correspondientes a barras y alambrón de acero.

Sin embargo, el Comité de Acero de la Andi difiere de esta salida, ya que, según Ospina, afectaría a los productores locales.

“Estamos en total desacuerdo con esa solicitud, porque es intervenir un mercado. Las importaciones han crecido un 68 %, y de países con los que no tenemos Tratados de Libre Comercio, como Turquía y China, que tienen un arancel del 10 %, han crecido un 1.145 %. Así que eliminarlos es otorgarle un TLC express, por la puerta de atrás, a países que se han caracterizado por incurrir en prácticas de competencia desleal y arriesgarnos a que Colombia no reciba ningún beneficio”, añadió Ospina.

Al respecto, Salazar, de Doblamos S.A., expresó que no está de acuerdo con poner barreras arancelarias siempre y cuando sean tipos de acero que no se produzcan en el país.

“En Colombia no se producen algunos tipos de acero como vigas o tubería estructural de grandes dimensiones. Si son productos que no se producen en el país, no estoy de acuerdo con que pongan aranceles, porque eso se traslada al cliente final. Pero, si son productos que se pueden producir acá, hay que proteger la industria nacional”, expresó.

Otra posición tiene MinVivienda: “Dentro de las medidas consideradas se incluyen algunas de política comercial, las cuales se evalúan de la mano del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, así como canales de abastecimiento entre los productores locales y los constructores”.

Ahora, entre las esperanzas que le quedan al sector siderúrgico colombiano es que, con la nueva planta de Palmar de Varela se le pueda dar al país una capacidad adicional suficiente para reemplazar 500.000 toneladas de varilla importada por producto nacional, una inyección de capacidad por un volumen equivalente al 33 % de la demanda de varilla, y una mejora en los tiempos de entrega.

Infográfico
Alejandra Zapata Quinchía

Periodista de economía y negocios. Egresada de la gloriosa Universidad de Antioquia.

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