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Rentabilidad en empresas de la moda puede mejorar con la sostenibilidad
Elizabeth Salim, creadora del proyecto Reciclados Híbridos, habló sobre cómo se está transformando la industria.
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En Reciclados Híbridos crean colecciones a partir de los residuos de empresas de la moda. FOTO edwin bustamante
21 de agosto de 2021
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La moda sustentable y sostenible ha tomado fuerza con la necesidad de un cambio en las prácticas medioambientales y en los procesos industriales, algo que ha estado impulsado por la transformación del estilo de vida de un consumidor que se ha comenzado a cuestionar de dónde viene y quién hace las prendas que usa.
De ahí, que cada vez se despierte más el interés por crear prendas a partir de procesos de reciclaje o reparación. Y fue así como nació Reciclados Híbridos, conocido, según Inexmoda, como el primer proyecto de moda sustentable de México y cuyo eslogan es “no existe la basura, solo es materia prima desperdiciada”.
Según la empresaria y conferencista mexicana Elizabeth Salim, su creadora, la razón de ser es concientizar a las marcas sobre el valor que tienen sus residuos, ya que, de acuerdo con el balance del proyecto, las empresas del sector pierden alrededor de US$61.538 al año por mal manejo de sus residuos.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Salim habló sobre cómo la sostenibilidad y la sustentabilidad se convirtieron en grandes pilares de las estrategias de las compañías de moda y hacia dónde va el futuro de esta industria, la segunda más contaminante del mundo, después del petróleo, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) –el sector utiliza cada año 93.000 millones de metros cúbicos de agua y anualmente se vierten al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo–.
¿Cómo surgió el proyecto?
“Nació en 2014 en New York con el objetivo de concientizar a las marcas sobre el valor que tiene su basura. En la industria de la moda se le conoce como sobrantes o restantes a los residuos de corte que se generan dentro de los procesos de corte. Lo que hicimos fue aprovechar no solo estos residuos, sino también aquellos materiales que fueron rechazados ya sea por temas de color, calidad o porque al diseñador no le gustó. Así empezamos a recolectar estos materiales y a partir de ahí generamos colecciones”.
¿Hacia dónde cree que va el futuro del negocio?
“Ahora en la industria se están empezando a trabajar varios puntos que nos permitan sanear la cadena de suministros, como el uso eficiente de energía, agua y recursos, así como espacios de trabajo seguros para las personas. Otro de los puntos es cómo en la industria elegimos los materiales y los analizamos. Por otra parte, hay que entender la sustentabilidad y sostenibilidad como procesos de innovación, lo que también quiere decir que a diez años tus prendas sustentables van a competir con otras 100 más. Aquí es el proceso lo que verdaderamente hace rico al producto; cómo lo comunicas y educas a tu consumidor final es lo que te va a dar una diferencia como marca”.
¿Cómo ha sido el cambio de los consumidores?
“Antes de la covid la industria de la moda había estado pasando por pequeños baches, porque las nuevas generaciones están gastando más en la experiencia que en los productos en sí. Entonces, las marcas tenían qué pensar en cómo hacer para vender si el consumidor todo el tiempo estaba comprando experiencias. Luego llegó la pandemia a enseñarnos que era importantísimo empezar a trabajar en nuestro sistema de consumo. El consumidor se comenzó a cuestionar muchas cosas, si estaba consumiendo por ansiedad, por depresión, qué pasaba si no consumía ropa, etc. Ahí es cuando empezamos a analizarlo todo. La gente ya se está cuestionando de dónde viene la ropa, quién la está haciendo y por qué. Y todo esto para la industria de la moda fue duro porque también nos comenzamos a preguntar cómo responder si las personas, por ejemplo, quieren seguir comprando prendas a bajos precios, pero ahora sí les importa de dónde viene y cómo se hace”.
¿Es un buen negocio hacer moda sustentable?
“Primero, es importante resaltar la diferencia entre sostenibilidad y sustentabilidad. La primera busca, como la palabra lo indica, sostenerse, que el producto sea rentable y que tenga una trascendencia directa sin comprometer el futuro de los consumidores. La segunda se trata de cómo transcender sin que impacte directamente a la ecología o a la tierra. Estos dos conceptos se volvieron una disciplina. Ya no es como antes que era solo una “tendencia”. Estamos en una crisis climática que no se puede ignorar. Por otro lado, como cualquier negocio que emerge, es costoso en un inicio. Ahí es donde, para abaratar los costos, tiene que haber un mayor índice de consumo. Pero, ahí entramos en un dilema porque, precisamente, la manera en la que consumimos es el problema. Para cambiar, tenemos que empezar a ver más a la sustentabilidad como un indicador de que este sistema de consumo que tenemos ya no es rentable ni para el planeta. Para mí, la moda sostenible y sustentable sí es un buen negocio. El reto está en cómo vendemos un producto de estos a mediano y largo plazo y que esto sea factible, mercadeable, rentable, y que demuestre un ahorro en costos. Aquí creo que las marcas pequeñas y medianas tienen una gran oportunidad, porque tienen la capacidad de experimentar mucho más con sus materiales que una empresa grande. Lo que recomiendo es que haya una mayor colaboración entre ellas, ya que a las pequeñas empresas se beneficia en temas de marketing y las grandes en consumo”.
US$5.128
mensuales perderían las empresas por mal manejo de reciclado: Salim.
81 %
crecerá la producción de prendas de vestir para 2030, según la OCDE.
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