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El promedio histórico del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para los meses de julio es de 0,11 %, pero en julio de este año el indicador casi se triplicó llegando a 0,32 %, e incluso superando la proyección de los analistas económicos que en la Encuesta Mensual de Expectativas del Banco de la República apostaron por un 0,04 %.
Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, comentó que la cifra publicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) sorprendió al alza, pero estuvo explicada por algunos cuellos de botella que, por el paro, aún se observan en la distribución de algunos alimentos como el pollo y el huevo.
“Adicionalmente, la tasa de cambio del dólar hace que buena parte de los insumos para producir alimentos sean más altos. También hemos visto que los arriendos volvieron a subir de manera importante y algunos servicios como el gas domiciliario presionaron la inflación de julio”, declaró el analista.
En la misma línea se expresó María Paula Castañeda, economista de BBVA Research para Colombia, quien anotó que la inflación en julio sorprendió por tercer mes consecutivo al alza, alcanzando una variación anual de 3,97 %, en el límite del rango esperado por el Emisor (entre 2 % y 4 %).
“Nuevamente los alimentos son protagonistas en esta alza por cuenta de un incremento importante en las proteínas animales, cuyos insumos dependen en buena parte del tipo de cambio, y en otros alimentos importados, como frutas y procesados, que también han visto un incremento reciente de sus precios por la alta devaluación del tipo de cambio”, destacó Castañeda.
Igualmente, mencionó que este incremento en los precios de los alimentos se continúa reflejando en las comidas para consumo fuera del hogar que observaron una variación mensual alta (0,78 %).
Desde la dirección de Investigaciones Económicas de Bancolombia, se señaló que los datos del IPC para julio, publicados por el Dane, impusieron un sesgo al alza sobre el escenario base que tenía la entidad financiera para ese indicador al finalizar el año que era de un 3,6 %.
“Consideramos pertinente evaluar un escenario de inflación para cierre de año entre 3,6 % y 4,2 %, cifra que coincide con nuestra senda alcista planteada en nuestra más reciente informe de actualización de proyecciones”, describió el grupo de trabajo que dirige Juan Pablo Espinosa.
En ese contexto, por ejemplo, los analistas de Bancolombia prevén que en los próximos reportes el precio de alimentos como huevos y carne de pollo sigan marcando presiones alcistas , dado que la normalización en las cadenas de producción, en particular del huevo, rondan alrededor de las 20 o 32 semanas.
“A estas presiones se sumó el avance en la carne de res, que continúa mostrando un dinamismo importante en sus exportaciones llevando a una reducción en la oferta local y en los aceites, en línea con los precios internacionales”, precisaron.
Adicionalmente, anotaron que la papa, la cebolla y el arroz contrarrestaron parte de las presiones alcistas observadas ante el buen momentum de la cosecha en algunas zonas del país. Con esto, en términos anuales, el rubro de comidas dentro del hogar recuperó el terreno perdido durante junio y se situó en 9,8 %, su registro para 12 meses más alto desde septiembre de 2016.
En ese sentido, antes de que el Dane divulgará los datos de inflación correspondientes a julio, y con cifras hasta junio, el Banco de la República revisó al alza su perspectiva de inflación a 4,1 % para este año.
“Este ajuste refleja principalmente los riesgos inflacionarios de las demás economías, especialmente de los principales socios comerciales del país, y por los problemas en la oferta generados en parte por los bloqueos viales del segundo trimestre del año. No obstante, aclaran que este repunte sería transitorio y estaría marcado por los precios de las materias primas y de los alimentos”, argumentaron a su turno analistas económicos de Corficolombiana.
Y es que en su más reciente Informe de Política Monetaria, el Emisor resaltó que la inflación en el segundo trimestre de este año aumentó como resultado de los choques de oferta y los costos de diferente origen y persistencia, pero considerados transitorios. Entre ellos el paro y los bloqueos, los precios internacionales y costos logísticos.
Desde la óptica de Castañeda, hacia adelante la inflación continuará enfrentando presiones al alza por cuenta de diferentes factores. “Por un lado veremos cómo se transmite la reciente devaluación del tipo de cambio sobre los precios de otros rubros de la canasta donde suele verse con algún rezago”.
Y también se verían los efectos adicionales de los precios internacionales de las materias primas sobre la estructura de costos de los bienes y servicios locales.
“En los próximos meses veríamos la normalización en las tarifas educativas que también tendrían efectos alcistas no despreciables por los importantes recortes observados en el marco de la pandemia, por lo que la inflación se mantendría alta en lo que resta del año y cerraría el mismo por encima del rango esperado por el Emisor”, enfatizó (ver Paréntesis).
Mientras el Dane precisó que la inflación anualizada en el país es del 3,97 %, impulsada por los grupos de gastos asociados a alimentos y bebidas no alcohólicas (9,81 %), restaurantes y hoteles (6,07 %) y transporte (4,98 %), el dato para la capital antioqueña es superior y se ubicó en 4,35 % (ver gráfico).
Es así como en Medellín y en otras 15 capitales el registro del IPC para los últimos doce meses es mayor al promedio nacional, apreciándose índices superiores al 6 % como en Neiva, Popayán y Armenia
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.