“Es que las matemáticas no son lo suyo”, “se le da mejor con las humanidades”... ¿Cuántas excusas para evadir un Placer Mayúsculo?, ¡qué hábil el cerebro autojustificándose!
Quizás ha sido una barrera invisible creada por quienes mal distinguen entre habilidades duras y blandas para separar lo humano de lo racional, cuando, según Spinoza, convergen por igual. ¿Qué será más difícil: lograr que dos personas coincidan en su opinión o que una operación matemática hecha por esas dos personas entregue el mismo resultado?
El mundo de las matemáticas se ha entendido como una frontera para dividir las capacidades individuales. Los que “entienden de números y los que no”. Nada más distante de la realidad. Vale cuestionar el método usado para acercarse a...