Son tan descomunales los costos del despilfarro y los acuerdos de este gobierno, que es imposible enumerarlos y calcularlos en una pequeña columna de opinión. Solo menciono los infinitos costos de las conversaciones sobre la paz durante casi 4 años, gastos que superan cualquier desvarío, todo lo cual es acompañado de falsos y supuestos beneficios que traerán las posconversaciones, pues posconflicto como tal, difícilmente existirá.
A la copiosa y exuberante publicidad, fuera de las exorbitantes sumas invertidas que llevan a más y más impuestos y más déficit, duele el concepto que parecen tener Juampa y sus áulicos de los colombianos: creen que la mayoría de los colombianos somos estúpidos... pero NO. Nuestros compatriotas son agudos, perspicaces...