Hoy el Evangelio presenta el final del Discurso del Pan de Vida pronunciado por Jesús después de la multiplicación de los panes (Juan 6, 60-69). Lo primero que conviene resaltar es la reacción de muchos ante sus enseñanzas porque aceptarlas era “difícil”. Hoy también muchos pierden la fe porque les parece difícil asumirla, pues exige un esfuerzo no solamente para comprender las realidades trascendentes, sino asimismo para realizar el compromiso que implica.
“Escojan a quién servir”, dice Josué, el sucesor de Moisés que dirigió la entrada de los hebreos en la tierra prometida (Josué 24, 1-18). Esta elección no es fácil, pues la opción por el Dios verdadero exige desapegarse de lo material. Muchos de quienes oían a Jesús no entendieron ni aceptaron...