En reciente conferencia sobre las dramáticas consecuencias del cambio climático, en la Universidad de Miami (UM), hubo dos conclusiones que me impactaron profundamente.
Primera: la apreciación de que el cambio climático es ante todo un tema político, porque los únicos que pueden detenerlo son los líderes mundiales que ejercen el poder en el mundo. De ellos depende una acción ¡inmediata! para disminuir, hasta eliminar, el consumo de los combustibles fósiles, mayores culpables del calentamiento. Además, son ellos los que pueden implementar otras políticas urgentes para obligar a la gente a una mejor utilización de los recursos globales.
Si los ciudadanos del mundo queremos detener el cambio climático, causante de violentas tormentas, huracanes, incendios y otras catástrofes naturales, antes de que se derritan los polos, los glaciales y se calienten los mares, causando la extinción de los corales, grandes sostenedores de la fauna acuática, antes de que se nos agote el aire limpio y el agua dulce, antes de que ocurran aterradoras hambrunas y plagas indetenibles, debemos exigir a los políticos y gobernantes que apoyen, promuevan y ejecuten, políticas apropiadas para detener la amenaza.
Segunda: es tiempo de comprender que nuestra vida nunca será igual. Debemos acostumbrarnos a vivir de una manera diferente, cambiando nuestras costumbres en muchos casos de manera radical. De seguir como vamos, muy pronto no tendremos alternativas. Mucho depende de las cosas pequeñas que cada uno haga hoy voluntariamente.
Algunas recomendaciones de los expertos con las cuales todos podemos contribuir: no tomar aviones sino es indispensable, su huella de carbón es un atroz polucionante. Manejar correctamente las basuras, reciclarlas todas. No desperdiciar el agua, ¿por qué no eliminar el baño diario? No utilizar plásticos de un solo uso. Usar inteligentemente todos nuestros recursos, incluso la energía eléctrica.
Una de las conclusiones del destacado panel de científicos de la UM fue cómo debemos adaptarnos a vivir de una manera diferente, si queremos contribuir a detener el eminente y desastroso cambio climático.
El calentamiento global es el más importante problema que enfrenta hoy la humanidad. De cómo y de qué tan rápido se enfrente esta amenaza depende la supervivencia, no solo del ser humano, sino también de la fauna y flora que nos rodea y de nuestro maravilloso planeta, tal y como lo conocemos, con sus bosques, selvas, mares, lagos y ríos, nevados y zonas tan importantes para el equilibrio global como el Ártico y la Antártida.
No quiero pertenecer a la generación que perdió esta batalla, ¿usted sí?
P.D.: Recomiendo leer el libro El planeta inhóspito, de David Wallace-Wells. Quizá este libro le abra los ojos para que actúe ¡Ya!.