Corea del Norte no es un problema que puede ser solucionado. Por más que el Occidente exprese deseos de una revolución, el régimen de la familia Kim ha sobrevivido mucho más tiempo del que casi cualquiera predijo. Incluso hoy, no muestra señas de colapsar, y los norcoreanos no muestran señas de rebelarse en masa.
¿Alguien realmente cree que con otra ronda de sanciones el líder del país, Kim Jong-un, de repente entregará el poder y los norcoreanos todos se convertirán en demócratas liberales? ¿O que de alguna manera Washington puede blandir suficientes portaaviones que las fuerzas militares norcoreanas y su establecimiento político se rendirán?
La amplia burla de Kim Jong-un como un extravagante bufón es una seña de nuestro manejo mal dirigido....