Hasta hace unos años la palabra de honor bastaba para sellar un compromiso irreversible, porque esta promesa solía considerarse “sagrada”. Pero en la era del individualismo se acabó el sentido del compromiso que, como la palabra lo indica, significa honrar la promesa que se hizo de amarnos para toda la vida.
Uno de los compromisos más trascendentes de nuestra vida son los votos matrimoniales con los que sellamos la promesa de ser fieles, respetarnos, amarnos y llevar una vida en unión con nuestro cónyuge “hasta que la muerte nos separe”.
Pero hoy, en la era del individualismo, gracias a lo cual el único compromiso es con nuestra conveniencia personal, este compromiso se rompe por razones tan supuestamente contundentes como yo tengo derecho a...