Lo acontecido en Mocoa, Putumayo, además de la tragedia humana que ha significado, ha puesto en evidencia, una vez más, cómo la gestión del ambiente en Colombia deja mucho que desear.
A la par de este suceso, y apenas iniciando la temporada invernal del primer semestre, ya se anuncia que casi la mitad de los municipios del país presentan riesgos ambientales producto de la intensificación de las lluvias. Igualmente se registra el desbordamiento de algunos ríos, como el Magdalena.
Todas estas afectaciones terminan, de una u otra manera, impactando (o poniendo en riesgo) la vida de las personas, además de influir negativamente sobre sus actividades económicas.
Más allá de implementar medidas que mitiguen los riesgos derivados de las temporadas de...