Después de trece años el Salón Nacional de Artistas está de regreso a Bogotá, desde su creación el evento busca esbozar un panorama de lo que son las prácticas artísticas en el país, Botero, Obregón, Ramírez Villamizar, Beatriz González o Doris Salcedo son algunos de los nombres que señalaron los jurados cuando el Salón aún entregaba estímulos; paralelo a este se lleva a cabo hasta mañana la edición número 15 de Artbo, feria que organiza la envidiable y muy comprometida Cámara de Comercio de Bogotá. Gracias al impulso de esta entidad y a pesar de su carácter eminentemente comercial, la feria se ha convertido en un encuentro relevante del ecosistema del arte colombiano, este año paradójicamente, resultó aún más interesante la feria que el Salón Nacional, pues este estructuró su visión de las prácticas artísticas con una mirada desprovista de poética que un grupo de curadores construyó sobre el arte que se hace hoy en el país, a través de una gran parte de obras y textos incomprensibles y con evidentes problemas de museografía, más que acercarnos a lo que hoy realizan los artistas, la reflexión de los curadores aleja al espectador de las prácticas artísticas contemporáneas. Pero si le interesa una mirada real y más cercana a lo que se hace hoy en Colombia en términos artísticos, basta con que visite el Museo de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, allí con sólo cuatro obras se ha articulado una reflexión contundente del panorama nacional, esta exposición también está incluida dentro del Salón Nacional.
Estuve de visita en ambos eventos y en otros espacios que se articulan durante los días de Artbo, entre otras cosas, porque el Mamm realiza un programa que resulta apasionante pero aún desconocido para tantos entusiastas del arte, el Museo de nuestra ciudad convoca a través de una invitación abierta a aquellos de sus amigos que deseen vincularse para adquirir una obra para su colección, los amigos, mediante donaciones, juntamos unos recursos y el día de la inauguración de la feria, en compañía del curador del museo y la directora, adquirimos una obra que ingresa a la colección, la compra se discute y decide de forma colectiva. Pero no solo se trata de adquirir un objeto, se visita la feria y además esta dispone para nosotros de un medio de transporte que por toda la ciudad nos llevó a las demás actividades que se desarrollan aquí. Museos, Galerías, espacios culturales, estudios de artistas, el Salón Nacional y algunas colecciones particulares de arte, forman parte del intenso programa de tres días, acompañados por expertos se accede a una experiencia invaluable alrededor del arte.
El programa ha despertado tanto entusiasmo, que hoy hay amigos del Museo que residen en Bogotá. El jueves en la visita a la casa de un coleccionista que generosamente abrió sus puertas para que el grupo conociese su acervo, este filántropo bogotano decidió entregar en comodato al Mamm dos bocetos de Débora Arango para que acompañen las obras de la artista que ya posee el museo, bien dicen por ahí que con amigos la vida es más fácil.