Por Juan Sebastián López RoaPolitécnico Col. Jaime Isaza CadavidComunicación Audiovisual, 10° semestre@LopezRoaJuan
Se nos volvió costumbre. Es habitual preguntar cómo está y contesten con una camuflada respuesta que sabe a resignación.
Permitimos afectarnos por las cosas que no están marchando bien. Si el aire está muy contaminado, lo respiramos igual; si la salud no da cobertura suficiente, nos conformamos con el acetaminofén; si la violencia es un hecho que se afianza en el barrio, caminamos más rápido, pasamos de andén; si la corrupción se ha acentuado, evitamos votar porque “todos los políticos son la misma cosa”.
¿Por qué intentar minimizar las situaciones tan solo con la palabra? ¿Por qué desestimar lo que se siente y restarle importancia?...