En medio de este explosivo coctel social que es hoy el país, en manos de personas y gremios que protestan legítimamente, desgobierno y ausencia del Estado, violentos inmisericordes que destruyen bienes públicos y privados, mingas indígenas incontroladas, injusticia social acrecentada por la pandemia, grave crisis económica, violaciones a los derechos humanos, impotencia ciudadana, etc., no podía faltar la justicia privada. Una prueba de esto último son los hechos sucedidos en algunas ciudades, en virtud de los cuales los residentes han acudido a las vías de facto para defender sus pertenencias y preservar sus vidas e integridad; incluso, colectivos de personas –a la fuerza– han roto bloqueos a vías y centros de servicios, para tratar de evitar...