No solo hay memoria de violencia y víctimas. También hay memoria de arte, frenesí, locura, lenguaje, juventud, alucinógenos, amistad. El conjunto de las memorias constituye el sedimento del presente, pues este presente es abigarrado, contradictorio, múltiple, un prisma.
Por eso es preciso exaltar al director de cine Luis ‘Poncho’ Ospina, Cali 1949, pues con su más reciente documental “Todo comenzó por el fin” ensambla una pieza imprescindible del mosaico nacional.
Lo colombianos de hoy venimos, sin saberlo, de aquellos muchachos ebrios de Cali que desde los años setenta y ochenta del XX establecieron una complicidad de inteligencia, rebeldía y estética alrededor del cine, literatura, música antillana, rock clásico y sustancias que dilatan entendimiento...