Un día como hoy, 30 de octubre, en el año 1864, nació en Medellín Camilo Claudio Restrepo Callejas. Con ese nombre podría engrosar las filas de los grandes olvidados de Antioquia, pero no lo es, si descubrimos que este ilustre paisano es el mismísimo Camilo C. Restrepo. Que llamándolo así, de pronto, nos suena un poco más familiar, porque como Camilo C. lo conocieron sus coetáneos y lo recordamos nosotros. Bien vale, pues, rendirle hoy el breve y frágil homenaje de una memoria. Aunque en un país que desterró la historia patria de la educación escolar, estoy seguro de que muchos desconocen quién fue él. Si acaso su nombre lo asocien algunos con el corregimiento de Amagá llamado Camilocé.
Camilo Claudio era hijo de Fernando Restrepo Soto y Concepción Callejas Echeverri. Empezó sus estudios con el famoso profesor sonsoneño Januario Henao y en 1879 viajó a Estados Unidos. Realizó sus estudios superiores en el Columbia College, la afamada Universidad de Columbia, donde obtuvo el título de ingeniero civil en 1887 y el de ingeniero de minas en 1880. Regresó a Medellín después de diez años y fue nombrado ingeniero jefe del Ferrocarril de Antioquia, con sede en Puerto Berrío. Ocupó este cargo durante catorce meses, organizando las finanzas de la empresa y dotándola de los equipos adecuados para la construcción de la vía férrea.
De nuevo en Medellín en 1891, contrae matrimonio con Ana Mejía Trujillo, hermana de don Gonzalo Mejía, con quien compartió la idea, el sueño y las luchas para hacer realidad la gran hazaña de la Carretera al Mar. “Resurge, Antioquia, y mira al mar”, clamó en 1926, unos días antes de su prematura muerte, el misionero carmelita español monseñor José Joaquín Arteaga, prefecto apostólico de Urabá, ante la sociedad de Medellín en histórica alocución. También lideró Camilo C. Restrepo por ese tiempo el proyecto del Ferrocarril de Amagá, empresa a la que entregó todas sus energías y conocimientos.
Fue larga y exitosa la trayectoria pública de Camilo C. en los gobiernos de Carlos E. Restrepo, quien era su primo, de Pedro Nel Ospina y de Enrique Olaya Herrera. En 1929 el presidente Miguel Abadía Méndez lo nombró gobernador de Antioquia, cargo en el que fue ratificado por Olaya Herrera. También en 1929 y 1930 fue nombrado designado a la presidencia la República, lo que significaba que en ausencia definitiva del jefe de Estado entraba él a ocupar el cargo vacante.
Se extinguió su meritoria existencia el 8 de abril de 1933. Fue uno de los grandes de la Antioquia Grande