“Estoy agobiado por esta preocupación, que debe ser una preocupación generalizada de todo el país, porque un desenlace fatal de su situación (de alias “Jesús Santrich”), Dios no lo quiera, sería también la muerte del proceso de paz”.
Con esas sentidas y beatas palabras el narcoterrorista alias “Iván Márquez”, se atrevió el fin de semana pasado a chantajearnos desde su madriguera en Miravalle (Caquetá), lugar donde corrió a refugiarse tan pronto como supo que su compinche “Santrich”, y su sobrino Marlon Marín (ahora cantante y testigo protegido del gobierno americano), habían caído en manos de la justicia, con base en una circular roja de Interpol, a petición de la justicia de Estados Unidos, por tráfico de drogas.
Bueno aclararle al narcoterrorista...