La concentración del mercado de telefonía celular ha disminuido marginalmente gracias a la aplicación de tarifas diferenciales que favorecen a los operadores más pequeños, que tienen menor participación, pero el operador más grande continúa dominándolo y las empresas más pequeñas siguen operando en condiciones de mucha desventaja. El mercado está todavía lejos de ser competitivo y el servicio es muy malo. Pese a ello el Gobierno está considerando terminar la asimetría en el corto plazo, supuestamente porque la OECD lo ha recomendado. Más bien debería estar promoviendo mayor competencia.
Curiosamente, la OECD ve con buenos ojos esa asimetría en México. En ese país es absoluta, porque la tarifa que le cobra el dominante a sus competidores es cero....