A una semana de la segunda vuelta definitiva:
El voto en blanco es una expresión legítima de la democracia. Tanto valor le damos que, cuando es mayor que el de los candidatos, obliga a realizar unos nuevos comicios sin los nombres que se habían presentado y fueron derrotados. Para evitar un posible vacío de poder, esa regla no aplica en la segunda vuelta de las presidenciales. Pero tal excepción no significa que el voto en blanco no tenga una importancia sustantiva. Expresa la inconformidad del votante con las alternativas que se le presentan para escoger y, al mismo tiempo, una apuesta por el sistema democrático que desprecia el abstencionista.
El 17 de junio subirá de manera importante el voto en blanco. Un número alto de quienes sufragaron...