Por Juan José Jiménez - opinion@elcolombiano.com.co
Con las contorsiones de los últimos días por parte de varios políticos e intelectuales para justificar su apoyo a Gustavo Petro a la presidencia, no sobra recordarles y recordarnos que el señor Petro nos ha demostrado ya con creces y hechos quién es en realidad.
Lo justifican diciendo que sus políticas económicas son serias, cuando ha atacado la independencia del Banco de la República; que garantiza la unidad, cuando su paso por los partidos ha sido de ruptura tras ruptura; que respetará a la oposición, cuando en su alcaldía (y hoy en campaña) la ha denigrado sin misericordia. Pero, sobre todo, que respetará las instituciones, cuando en 2017 fue el único precandidato presidencial en apoyar la fraudulentísima Constituyente de Maduro. Si apoyó la destrucción de la democracia para favorecer a sus amigos, ¿cuánto más no hará para favorecerse a sí mismo cuando lo vea necesario? Y no faltará quien lo excuse diciendo que para 2017 no había pruebas de que el chavismo fuera un cáncer político.
Esta es apenas mi segunda elección presidencial, pero con las piruetas de los últimos días me siento en el Circo del Sol. Allá quienes quieran apoyar a Gustavo Petro, pero que luego no digan que no sabían lo que se nos venía encima: él lleva 25 años avisándonos