Yo no existía. Comencé a existir. Alguien me dio la vida y me la conserva. Es mi Creador. Entre criatura y Creador la relación es esencial. Dios es Creador porque tiene criaturas.
Saber quién es el Creador compromete demasiado, pues es el fundamento de todo. En su retórica maravillosa, S. Agustín escribe: “¡Tarde te amé, Hermosura siempre antigua y siempre nueva, tarde te amé! Tú estabas dentro de mí y yo fuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste [...] Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían”.
Todo artista es creador, crea su obra, y una vez creada, queda fuera de su creador, que sigue su camino, creando. Un pintor pinta un cuadro, lo enmarca,...