La promulgación de “los diez mandamientos” se encuentra en los libros Éxodo (20, 2-17) y Deuteronomio (5, 6-21) –escritos respectivamente en los siglos décimo y séptimo a. C. –, con esta introducción: “Yo soy el Señor tu Dios, que te sacó de Egipto, donde eras esclavo”. Por ello su cumplimiento significa la correspondencia al amor de Dios que ha liberado a su pueblo de la opresión.
Y la respuesta de Jesús a quien le pregunta por el mandamiento principal (Mateo 22, 34-40) empieza por el llamado “Shemá Israel”: “Escucha Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor con todo tu corazón, toda tu alma y toda tu mente. Grábate en la mente todo cuanto te he dicho y enséñalo continuamente a tus hijos... Lleva estos mandamientos atados...