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La lucha contra la corrupción sigue siendo un desafío crucial para Colombia, y la transparencia en la gestión pública es fundamental para recuperar la confianza de los ciudadanos.
Por David Yanovich - opinion@elcolombiano.com.co
Históricamente, la corrupción ha sido un problema estructural en Colombia. Durante gobiernos anteriores, se han registrado escándalos como el de Odebrecht, el Cartel de la Hemofilia y el caso de los sobornos en la justicia. Sin embargo, la administración actual está batiendo récords. Según un informe reciente, en los primeros 20 meses del gobierno de Petro se han registrado al menos 15 escándalos de corrupción.
La corrupción en el gobierno colombiano ha sido un problema persistente que ha afectado la confianza de los ciudadanos en sus instituciones. A lo largo de los años, diversos escándalos han sacudido la política nacional, y la administración del presidente Gustavo Petro no solamente no ha sido la excepción, sino que ha llevado esta práctica a niveles que no se veían en el país desde hace mucho tiempo.
Desde el inicio de su mandato, Petro ha enfrentado múltiples acusaciones de corrupción dentro de su gobierno. Uno de los casos más notorios ha sido el escándalo de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), donde altos funcionarios fueron señalados por el desvío de recursos públicos. Además, Carlos Ramón González, un hombre de confianza del presidente, ha sido vinculado a graves casos de corrupción que lo han llevado a fugarse de Colombia.
Lo particular de la corrupción en este gobierno es que sale de la Casa de Nariño. No se trata de empresarios buscando contratos, o de investigados buscando mejores términos en sus juicios. Se trata de corrupción desde las altas esferas del ejecutivo para lograr sus objetivos. Saben mas de como hacer política así, en lugar de tratar de buscar de argumentar sus posiciones, de tratar de buscar consensos con los demás.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2024, Colombia obtuvo una calificación de 39 sobre 100, ubicándose en el puesto 92 entre 180 países, lo que representa un descenso de cinco posiciones en el ranking global. Este resultado refleja la creciente preocupación de los ciudadanos sobre la falta de transparencia en el gobierno.
Por otro lado, las encuestas de Invamer y Guarumo han mostrado un aumento en la percepción de corrupción en el país. En estudios recientes, un alto porcentaje de los encuestados considera que la corrupción ha empeorado en los últimos años, afectando la confianza en las instituciones públicas.
A pesar de los esfuerzos por implementar políticas anticorrupción, los escándalos continúan afectando al gobierno. La lucha contra la corrupción sigue siendo un desafío crucial para Colombia, y la transparencia en la gestión pública es fundamental para recuperar la confianza de los ciudadanos. Pero parece difícil que esto se logre en este gobierno, que supuestamente se eligió para eso. Ven la paja en el ojo ajeno, pero nunca la viga en el propio.