Por HERNANDO LONDOÑO JIMÉNEZ*
Al cumplirse 30 años del infame asesinato de don Guillermo Cano Isaza, director de El Espectador, todos los medios de comunicación han recordado la trágica fecha y, de paso, han hecho los merecidos elogios de la ilustre víctima, honra de la sociedad y del periodismo.
En todos esos medios de comunicación se ha insistido en que por dicho asesinato solo fue condenada la persona que pagó por el crimen, el señor Luis Carlos Molina Yepes. Y sobre este particular, ya que fui su defensor en segunda instancia, me siento en obligación moral de citar la frase de Samuel Leibowitz, de su obra Sala de Jurados: “Oigo que mucha gente grita ‘castigad al culpable’; pero muy pocos se preocupan por reivindicar al inocente”. Si ahora...