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Despecho 5.0

Por Lina María Múnera Gutiérrez - muneralina66@gmail.com

Y el desengaño habló. De manera visceral, con rabia, con dolor, pero con la precisión de un relojero que conoce a la perfección todos los componentes del mecanismo que da la hora. Pasado el estupor tras oír la letra de la canción, y poniendo a un lado el morbo que genera la ruptura entre dos famosos, hay que afirmar alto y claro que Shakira ha conseguido el sueño de cualquier artista: conectar con varias generaciones a la vez y que se identifiquen con lo que canta.

Si la colaboración de Shakira (45 años) con el jovencísimo productor argentino Bizarrap (24 años) se ha hecho viral y ha roto toda clase de récords, es porque la cantante, partiendo de un sentimiento universal como el desamor, ha tenido la sensibilidad suficiente y la apertura necesaria para entender cómo se comunica la gente joven y a qué velocidad se está moviendo el mundo. Se levantó de la comodidad que da el sofá del éxito y logró entender las formas musicales de una nueva generación. Sin dejar de ser ella, logró conectar, y de qué forma, con el que tiene 20 y el que tiene 60.

Han pasado apenas 72 horas y los debates que ha desatado su canción ya son objeto de estudio. No hay un solo medio de comunicación tradicional que se haya podido abstraer del tema, ni tampoco ninguna red social. Las discusiones pasan por tópicos tan amplios como si fue elegante o no cantarle la tabla a su ex (como si el despecho tuviera que ser elegante), la solidaridad de género, el poder para la mujer, la venganza, los novedosos arreglos musicales que aporta Bizarrap, las capacidades de la cantante para rapear y los perjuicios que puede traer para los hijos de la pareja esta delirante “tiradera” en la que el padre de las criaturas, el futbolista Piqué, queda empalado.

Cada uno de estos temas daría para una columna entera. Pero vale la pena quedarse con una idea y es que Shakira ha conseguido medirle el pulso al mundo actual. Lo hace desde su propio espacio que es el de la música y el espectáculo, compone con las entrañas, se deja asesorar, se abre a lo nuevo con ganas de aprender y deposita la experiencia que ha ganado con los años para salir del fondo en el que estaba sumida. No se puede negar que es toda una lección de vida.

Cuando pasen los días y se acabe el ruido alrededor de esta canción cuyo título recuerda un poco a los clásicos - BZRP Music Sessions #53- ; cuando se frene el conteo imparable de los millones de veces que se ha reproducido el tema en YouTube o Spotify, se podrá contemplar en toda su magnitud el resultado de una estrategia perfecta, preparada a conciencia, en la que partiendo de la sensibilidad de una artista, se activó todo un engranaje social que supo acercar, aunque fuera por un breve lapso, a varias generaciones.

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