Pequeñas y grandes cobardías
“¡Vuelva a bordo, coño!”, ese fue el célebre grito de indignación que hace justo 10 años profirió el comandante Gregorio de Falco, encargado en ese entonces de la Capitanía del puerto de Livorno, a Francesco Schettino, el capitán que no supo serlo. Tras una maniobra imprudente frente a la isla de Giglio, Schettino hundió su barco y luego huyó. 4.229 pasajeros...