Hoy lamentamos la destrucción de la biblioteca de Alejandría, ¡cuánta información se perdió allí! Ahí se contaba el origen del hombre, pero perdimos las pistas más remotas que podrían explicarlo. En China, el imperio de Qin Shi Huangdi se impuso quemando todos los libros clásicos, excepto los que apoyaban su pensamiento. Incluso mataron a 500 intelectuales para que no hablaran del pasado tal y como había sucedido. Y el nuevo emperador reescribió la historia.
Para quienes pretenden uniformar el pensamiento, el conocimiento ha sido peligroso. ¿Dónde conoció Antonio Nariño los Derechos del Hombre y el Ciudadano? En el libro de una biblioteca, y los publicó, y esa fue la chispa de la independencia. El conocimiento expuesto, explicado, argumentado en un libro, es peligroso para el tirano. En 100 o 500 años, la próxima humanidad lamentará el desprecio de hoy hacia los libros, un desprecio que lleva a su destrucción: la pobre humanidad, pensando equivocadamente que ya todo está en Internet, bota libros, los destruye, poco consulta en las bibliotecas. Y las bibliotecas, agobiadas porque no tienen espacio para más libros, es decir, para almacenar más conocimiento, suplen la necesidad haciendo espacios cómodos para que los usuarios vayan a conectarse a Internet; y desechan, descartan, botan (ni siquiera regalan) los libros. Un libro que no ha sido consultado desde hace 10 años, es desechado.
Qué sofisma es la red, ahí no está el conocimiento. Allí están almacenadas toneladas de basura e información de 15-20 años para acá. Cuando los jóvenes necesitan hacer una consulta de un tema de hace 30 años, como no la encuentran en la red, deducen que “no existe” y pocos buscan en libros o en bibliotecas. Y los que acuden a la biblioteca se pueden encontrar con que el libro fue desechado. Estamos perdiendo la historia del conocimiento a pasos agigantados: ya no se enseña en el colegio y los libros están desapareciendo como en Alejandría o en el imperio Qin.
Cada vez el conocimiento es más precario, el pensamiento más reducido y las sociedades más manipulables. Pero la gente está feliz con la rapidez y comodidad del clic, mientras que el conocimiento profundo y la historia del pensamiento desaparecen en las hogueras de las alejandrías modernas; y los imperios qin de hoy imponen su pensamiento y escriben sus propios relatos, porque la historia la están descartando en las bibliotecas.